Este libro, constituido por siete capítulos, aborda desde perspectivas novedosas la compleja institucionalidad establecida durante el Trienio Liberal en Centroamerica, e incursiona en temas sociales tradicionalmente omitidos por la historiografía. Los estudios muestran un escenario de fragmentación del poder en diversos niveles; entre las antiguas provincias y el centro político, la ciudad de Guatemala, y al interior de cada territorio. La disputa en Guatemala, Honduras y Nicaragua la encabezaron las élites de comerciantes y hacendados, quienes tuvieron que maniobrar con los poderes locales controlados por mestizos, mulatos e indígenas. En ese contexto, Costa Rica muestra una particularidad: los militares coparon tanto cargos municipales como provinciales.