En esta historia de los monumentos públicos, en la que se contextualiza el uso que se ha hecho Óy se haceÓ de ellos para construir un discurso, se pone de relieve que la actual cancelación histórica es el último eslabón de una larga secuencia que se inicia en la Antigüedad. En sus páginas, asistiremos a la ocultación, sustitución, modificación o destrucción de estatuas para comprender que la reacción social de distintas épocas ante sus monumentos es cualquier cosa menos inocua. Tampoco en esto resultamos particularmente originales.