Se dio a conocer como poeta y novelista en la década de los treinta y obtuvo el primer gran éxito de crítica con El libro negro, escrito en París en 1938. Sin embargo, es El cuarteto de Alejandría, la impresionante tetralogía compuesta por Justine (1957), Balthazar (1958), Mountolive (1958) y Clea (1960), la obra que le convierte en un clásico de nuestro tiempo –debido en buena medida a su exploración de las posibilidades del lenguaje narrativo– y que provocó entusiastas comparaciones del autor con Proust y Faulkner.
El laberinto oscuro (1958), Tunc (1968), o Nunquam (1970) son otros buenos ejemplos de su talento. Con Monsieur o El Príncipe de las Tinieblas (1974) inició un quinteto o, en sus palabras, un quincunce (que completa con Livia, Constance, Sebastian y Quinx) que llevó un paso adelante sus investigaciones narrativas y asentó su obra de madurez. Es autor también de poesía (Poemas completos, 1931-1974, 1980) y de varias obras a medio camino entre el ensayo y el libro de viajes.
Henry Miller (1891-1980) es uno de los autores que, quizá sin proponérselo, más hicieron por el triunfo de la libertad de expresión en literatura y por la distinción entre los juicios morales y los juicios estéticos. Tras su paso por el City College de Nueva York y después de aceptar los empleos más diversos, en 1930 se estableció en París, donde se dedicó de lleno a la creación literaria y llevó una vida independiente y anticonvencional que lo convirtió en el ejemplo más conocido de bohemia moderna y en un modelo para la beat generation (Burroughs, Kerouac, Ginsberg...) y para autores como Bukowski o Norman Mailer.