"Nuestro Emmanuel nació a las 11.18. Su corazón dejó de latir a las 12.30. ¡Cuánta emoción en una vida tan corta! ¡Que intensidad en esos minutos que tienen valor de eternidad!" "Pasó por nuestras vidas como un soplo delicado, una presencia preciosa, y nos confirmó en nuestro papel de padres." Éste es el conmovedor relato de Isabelle de Mezerac, una madre que sabe que va a perder a su hijo apenas nazca. Cuando el diagnóstico prenatal revela una malformación fatal en el hijo que espera, ella y su familia se sienten angustiados ante esa muerte anunciada. Pero descartan la opción del aborto, y deciden acompañar a su bebe con todo cariño hasta el fin de su breve existencia. Esta decisión los transformará como personas, y les aporta una gran fortaleza para seguir viviendo. Un drama familiar se convierte así en una gran historia de amor. Desde su experiencia, y con la ayuda de un ginecólogo y un especialista en cuidados paliativos, la autora propone introducir esos cuidados en el ámbito de la maternidad, para ofrecer un horizonte a quienes sufren una desgracia como esta. Isabelle de Mezerac es francesa, y madre de familia numerosa.