Deusto - 9788423432752
España vive en el imperio de los gestos. La democracia parlamentaria se ha convertido en un teatro y, en los últimos años, el Gobierno español, que ha hecho frente a una gravísima pandemia cuyos verdaderos efectos desconocemos aún, se ha dedicado a la escenificación, a las mentiras y a la normalización del abuso del poder.
Pero, ¿por qué los ciudadanos seguimos atrapados en esta visión espuria y miope, este predominio de los intereses de los partidos por encima de nuestros valores morales y nuestros intereses personales?
Esta pregunta, crucial para la supervivencia de la libertad individual, es la que María Blanco responde en este libro. Y lo hace recorriendo algunas nociones básicas de la vida, desde nuestra identidad política hasta el extraño juego de espejos que son la representación política y la rendición de cuentas, pasando por la influencia del nuevo marketing político, la importancia del liderazgo en la política y la manera en que aceptamos las mentiras de nuestros representantes.
Con su habitual combinación de rebeldía y claridad, María Blanco expone cómo el Estado de derecho es necesario, pero no suficiente para la libertad y defiende un optimismo hayekiano con argumentos que desmontan la idea de que el Estado es la solución a todos los males.
Especificaciones del producto
Escrito por María Blanco González
¡Sólo por opinar entras en el sorteo mensual de tres tarjetas regalo valoradas en 20€*!
(1) comentario
(0)
(0)
(0)
(0)
(1)
1 opiniones de usuarios
Eduardo Calleja
14/09/2021
Tapa blanda
He tenido que dejar el libro tras la segunda parte. No he podido terminarlo y mira que lo he intentado. Cada día me parece más que se editan en libro artículos de opinión largos. Las 120 páginas, más o menos que he leído, no me han aportado nada salvo algún dato curioso sobre Macarena Olona y su particular forma de preguntar al gobierno en las sesiones de control. En temas muy sensibles y con muchos grises, la autora sólo distingue entre blanco o negro. Esperaba mucho del libro pues el que sacó hace poco sobre Hacienda con Carlos R. Braun y L. D. Ávila, me gustó bastante. Pero de este no puedo decir lo mismo.