«Vive y deja vivir, ese es mi lema.» Cayetana Fitz-James Stuart, duquesa de Alba, repasa sus recuerdos en esta extraordinaria autobiografía con sinceridad, pasión y sentido del humor. Desde su infancia de niña huérfana hasta su espléndido momento actual, no deja nada por contar: su relación con su padre, sus grandes amores, sus tragedias personales, su trabajo por la Casa de Alba, su papel de madre, su vida social y su boda con Alfonso Díez, su último triunfo.
Ficha técnica
Editorial: Booket
ISBN: 9788467014747
Idioma: Castellano
Número de páginas: 328
Tiempo de lectura:
7h 48m
Encuadernación: Tapa blanda bolsillo
Fecha de lanzamiento: 10/01/2013
Año de edición: 2013
Plaza de edición: Barcelona
Colección:
Divulgación
Divulgación
Alto: 19.0 cm
Ancho: 12.5 cm
Grueso: 1.7 cm
Peso: 254.0 gr
Especificaciones del producto
Escrito por Cayetana Stuart y Silva
Cayetana Fitz-James Stuart y Silva, XVIII duquesa de Alba, nació el 28 de marzo de 1926 en el Palacio de Liria, en Madrid, aunque se siente sevillana de corazón. Fue la única hija de Jacobo Fitz-James Stuart, duque de Alba, y de María del Rosario de Silva y Gurtubay, marquesa de San Vicente del Barco. Es la segunda mujer que encabeza la Casa de Alba en una dinastía con seis siglos de historia. Alfonso XIII y la reina Victoria Eugenia fueron sus padrinos. Se casó con Luis Martínez de Irujo, hijo de los duques de Sotomayor, en 1947, en el altar mayor de la catedral de Sevilla. De ese matrimonio tiene seis hijos. Tras quedar viuda, en 1978 volvió a contraer matrimonio con Jesús Aguirre y Ortiz de Zárate en la capilla del Palacio de Liria, de quien enviudó en 2002.Cayetana de Alba estudió en España, Francia e Inglaterra y habla cinco idiomas. Es una amante de las artes, desde la pintura a la música clásica; además de excelente deportista, ha ganado campeonatos de esquí y de equitación. Gran bailarina de flamenco, también pinta, aunque como «aficionada». Ha dedicado la mayor parte de su vida a reconstruir y organizar el patrimonio de los Alba, desde la hercúlea tarea de levantar el Palacio de Liria, a mantener los de Dueñas o Monterrey. Con toda la discreción que su figura pública le ha permitido, desde su juventud ha desarrollado una importante labor en obras benéficas, con especial dedicación a los niños salesianos, la Cruz Roja, la lucha contra la esclerosis múltiple y la asociación Nuevo Futuro.