Una de las novedades del Código penal de 1995 ha sido la incorporación en el Título VI de su Libro I de un conjunto de reacciones jurídicas contra el delito que denomina consecuencias accesorias, tras la regulación de las penas, de las medidas de seguridad y de la responsabilidad civil derivada del delito. Se comprenden como tales el comiso de los efectos y objetos del delito, el comiso de las ganancias que provengan del mismo, así como otras medidas aplicables a empresas, asociaciones y organizaciones delictivas, tales como su clausura, disolución o intervención, o la suspensión o prohibición de sus actividades, ya sea con carácter temporal o definitivo.
Hace algunos años que veníamos echando en falta un libro que tratase la privación de libertad en España desde una perspectiva criminológica. Escasean los libros que desde un punto de vista criminológico aborden la prisión en su totalidad. Este ofrece una visión criminológica de la realidad carcelaria, algo alejada de lo plasmado en las leyes. Pero abarcar otros contextos de privación de libertad, menos conocidos aún si cabe que la prisión, en los que la vulnerabilidad de la población interna es mayor, como son los menores y los extranjeros.