Este trabajo, tras exponer que la Justicia en la España de Fernando VII era muy costosa, nos aproxima a las medidas legales que arbitró el legislador para facilitar el acceso jurisdiccional a los litigantes que, sin los suficientes recursos, pretendian ejercitar sus derechos en los pleitos civiles, para al final poner de relieve unas conclusiones, en principio, inesperadas para una administracion tan proxima a las rancias estructuras del Antiguo Regimen, como era la Organizacion Judicial fernandina.
Conforme nos enseñan nuestros textos jurídicos históricos más emblemáticos, la milenaria profesión de la abogacía está estrechamente enraizada con la evolución de la denominada justicia gratuita o, lo que es igual, la institución que desde su lejano origen ha servido de cauce legal para facilitar el acceso a la justicia a quienes carecen de medios suficientes para sufragar la defensa de sus legítimos derechos, y que, en la actualidad, goza de protección constitucional tal y como proclama el artículo 119 de la Constitución Española. El autor logra el objetivo de historiar con precisión las virtudes y carencias de las soluciones legales que la Justicia liberal articuló para evitar que la insuficiencia económica de los litigantes perturbara el ejercicio de sus derechos, tanto en los pleitos civiles como en las causas penales, para al final, a la vista de su análisis, formular unas substanciosas conclusiones, que vienen, una vez más, a poner de relieve la indiscutible utilidad y vigencia de la ciencia de la Historia del Derecho.