Antonio J. Durán Guardeño (Cabra, Córdoba, 1962) es catedrático de Análisis Matemático en la Universidad de Sevilla. Entre sus obras científicas y divulgativas se cuentan ediciones de Arquímedes, Newton y Euler, el volumen colectivo La ciencia y el «Quijote» (2005), Vida de los números (Premio al Libro de Divulgación Mejor Editado de 2006) y Pasiones, piojos, dioses…y matemáticas (Destino, 2009). Como escritor deficción ha publicado las novelas La luna de nisán (2002) y La piel del olvido (2007).
Recibe novedades de ANTONIO J. DURAN directamente en tu email
En un tiempo impreciso situado a mediados del primer milenio, cristalizó en la India una forma especial de escribir los números en la que el cero ocupaba un lugar protagonista. Desde allí, y a lomos delamante imperio islamico surgido de las predicas de Mahoma, ese sistema numerico recorrio un largo camino hasta alcanzar Europa, desde donde se extendio al resto del mundo. El viaje de los numeros fue largo, no solo por los muchos siglos que le tomo hacerlo, sino tambien por la amplitud y diversidad de la ruta realizada a traves de un territorio que va de la India a España, pasando por Oriente Proximo y ambas orillas del Mediterraneo. Pero los numeros no viajaron solos. Por ese itinerario y al mismo tiempo transitaron sederias chinas, perfumes de Arabia y esclavos. Tambien lenguas, religiones o tradiciones literarias como las de Las mil y una noches. Pulsiones economicas, politicas y religiosas todas ellas que han hecho que a lo largo y ancho de esa ruta los seres humanos no hayan parado, ni parece que vayan a parar, de guerrear y matarse los unos a los otros. Desde el convencimiento de que el viaje es la mejor y quiza la unica forma de conocimiento, este luminoso libro sigue el rastro de los numeros indios por los caminos de Oriente. En estas paginas, pasado y presente se entremezclan en un recorrido lleno de fascinantes paisajes historicos, geogracos y humanos, de contrastes entre razas, religiones y costumbres. Porque no solo los numeros son protagonistas de esta epopeya; como dice Christine, la misteriosa historiadora que ejerce de guia del autor en este relato, cuando la piel de los numeros sedesgarra, lo que deja ver debajo es la condicion humana.
¿Qué son las matemáticas? ¿Para qué sirven? ¿Por qué es importante conocer su historia? Estas son algunas de las preguntas a las que da respuesta esta obra que nos narra de forma concisa la historia de esta ciencia desde la Prehistoria hasta nuestros días. Pero esta narración no es solamente una superposición de personajes históricos y de sus felices descubrimientos, sino que es una reivindicación de los componentes emocionales, incluso irracionales, que muchas veces han acompañado las actitudes apasionadas de estos célebres personajes que se han empeñado en buscar soluciones a los más diversos problemas.Antonio J. Durán destaca y reivindica con este libro la «inmortalidad» de las ideas matemáticas por encima de otro tipo de lenguajes: «se recordará a Arquímedes aun cuando Esquilo haya sido olvidado, pues los lenguajes perecen mientras que las ideas matemáticas no mueren nunca».
En 2015 van a coincidir dos efemerides culturales de primer nivel; una es científica: se cumplirán 100 años de la primera publicación de Einstein sobre la relatividad general; la otra es literaria: 400 años de la publicacion de la segunda parte del Quijote. Ambos acontecimientos estan separados por tres siglos y ese precipicio de las dos culturas que cada vez parece mas infranqueable. Con este libro se propone tender un puente entre cientifica, y narrar el acontecimiento cientifico con toda la potencia emocional que lo trasciende. Como parte integrante de la cultura, un episodio cientifico tan importante como el protagonizado por las teorias de Einstein tiene necesariamente una lectura humanista. No en vano, ciencia y humanidades son dos caras de una misma realidad. Es la intencion de este libro mostrar que en la relatividad general esas dos caras de la cultura muestran el mismo aire de familia que cualquiera puede apreciar entre el rostro delirante que la tradicion nos ha legado de don Quijote y ese icono de la modernidad que es el rostro de un Einstein desmelenado.