Baptiste Morizot (Draguignan, Francia, 1983). Es filósofo, escritor y profesor de pensamiento contemporáneo en la Universidad de Aix-Marsella. Su obra, dedicada a la relación entre el ser humano y el resto de seres vivos, se basa siempre en el trabajo de campo y la investigación a cielo abierto, mediante el conocimiento directo de los territorios y el rastreo. Entre sus libros, además de «El rastreador», cabe destacar «Maneras de estar vivo» (igualmente publicado por Errata naturae) y «Les Diplomates. Cohabiter avec les loups sur une autre carte du vivant».
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Le mystère d’être un corps, un corps qui interprète et vit sa vie, est partagé par tout le vivant : c’est la condition vitale universelle, et c’est probablement elle qui mérite d’appeler le sentiment
Baptiste Morizot no es un naturalista al uso. Ni siquiera un biólogo. Es un filósofo que reflexiona sobre lo vivo como ningún otro que hayas leído, un perseguidor que puede pasar largas jornadas rastreando a una manada de lobos o noches enteras esperando a que un oso aparezca en la pantalla de una camara termica. Entre el thriller etologico y la filosofia salvaje, con las botas perdidas de barro, oliendo a bosque, Morizot trata de ofrecer respuesta a las preguntas que hoy de verdad nos importan: ¿como reconectar con los seres vivos mediante una ecosofia sencilla, resiliente y alegre? ¿Como construir colectivamente un planteamiento politico que aune la imprescindible convivencia con los otros seres vivos y la lucha sin cuartel contra aquellos que destruyen el tejido de la vida?...
Cada vez somos más los que deseamos establecer otra manera de vivir con los animales, de recuperar el contacto que un día tuvieron nuestros ancestros. Pero ¿cómo reaprender a convivir? Rastreándolos, porque rastrear es el arte de aprender sobre el modo en que habitan los otros seres vivos. Es reencontrar un mundo pleno, donde sentirse en casa no nos convierte en dueños de la naturaleza, sino en cohabitantes maravillados. Rastrear es transformarse y activar en uno mismo las capacidades de un cuerpo distinto. De Yellowstone donde convive con osos que antes han devorado a un medico a Kirguizistan donde sigue a un leopardo de las nieves o a Haut-Var donde descubre entre los lobos comportamientos nunca antes conocidos, Morizot nos invita a acompañarle en sus viajes y a seguir los pasos de estos seres extraordinarios que son nuestros parientes.El oso se encuentra a cien metros, cortandonos la retirada. Desempena su papel de fuerza cosmica entre las tormentas y los torrentes, dispersando trozos de madera grandes como personas. Y entonces gira la cabeza y nos mira.