Ilustraciones sobre madera de Gustave Doré; Prólogo de Alberto González Troyano. Durante el siglo XIX, fueron frecuentes los libros de viaje ilustrados porque, hasta que la reproducción fotográfica y el arte de viajar no se popularizaron, los grabados y litografias eran las unicas fuentes que permitian, sin abandonar el salon y la biblioteca familiar, un cierto conocimiento visual de lugares lejanos y exoticos. Quizas en esto radique la gran acogida dispensada, desde sus primeros momentos a estas paginas que hoy reeditamos y que atesoran hermosisimas imagenes y ricos testimonios escritos de ciudades, paisajes, escenas y tipos que ahora podemos evocar solo gracias a la peregrinacion artistica de dos personajes que pusieron su pasion y sus dotes para que su viaje se convirtiera, incluso siglos despues, en un viaje al alcance de todos. Davillier descubre y describe una España y unas costumbres que Dore cubrio con el halo trascendente de su arte.
En 1862, el pintor y dibujante Gustave Doré convence al Barón Charles Davillier para emprender juntos un largo viaje por España. Doré, animado por Davillier, acariciaba la idea de realizar una edición ilustrada del Quijote en Francia (actualmente, quiza la mas conocida de cuantas circulan por el mundo) y durante el extenso periplo por España tomo centenares de excelentes bocetos que ahora aparecen reproducidos en esta edicion.