"Una de las voces principales de la literatura argentina contemporánea, Claudia Masin, nos ofrece aquí una reflexión delicada y sensible sobre el poder de la herida y la fuerza de la palabra para encontrarse con el daño y resistir el dolor. Escribir y curar. Escribir algo que no tiene nombre, nos propone la autora. Una lectura de la poesia como gesto reparatorio, este libro de ensayos la verdad, son poemas en prosa explora la capacidad de la poesia de afectarnos, de dejar que sus efectos nos toquen. Por lo tanto, dice Masin, la poesia nos ubica en una zona particular, mas alla de la razon habitual, llevandonos a que sus resonancias tactiles, auditivas lleguen a nosotres, y de ahi a que absorbamos en el propio cuerpo lo que nos es ajeno. La poesia como modo de contacto, de sentir en el propio cuerpo lo que sucede en el otro, de abrir un ciclo de vida que nos sane de la soledad. Fundirse con le otre; hacer correr al monstruo, superar el mal. Compadecerse. Y en un gesto hacia la vida, de desobediencia contra el orden y las reglas del lenguaje, encontrar la libertad en la palabra" (Francine Masiello).
La plenitud busca contener en sus versos la sorpresa del primer encuentro con el mundo a traves de lo sensitivo. Custodiar con palabras la estela de luz, el fulgor y la alegria con la que nos habitan por vez primeras las sensaciones.El deseo de trasportar con el lenguaje ese momento de encuentro, late con vocacion de generosidad y entrega a lo largo de todo el poemario. La lectura de La plenitud de Claudia Masin acaricia el alma como pocos poemarios lo consiguen.
En La vista, lo que se memora no es tanto ya esa larga mañana de sol con que confundimos la infancia, sino el impacto, el romance primero -fatalmente desigual- entre dos criaturas. O más aún: su ruptura, ese hiato implacable por el que el ser humano vislumbra, quizas por primera vez, su primordial orfandad.
"Los versos de La materia sensible son como las heridas del corazón, desconocidas e invitables y tan profundas como la tierra. Al igual que las raíces de un árbol levantan el asfalto en un acto de supervivencia, las unicas formas que la vida conoce para abrirse camino frente al dolor son la rebelion y la desobediencia.Desprendidos de artificios o metaforas, estos versos nos conducen a un camino de introspeccion, hacia las trhincheras de los cimientos de un mundo que se tambalea y del que la unica manera de salir indemne es el retorno a los instantes de fragilidad, de lo imperfecto, de cuando creciamos abandonados y desbordantes como frutas salvajes y veiamos el brillo del sol en una moneda.Los poemas de Claudia Masin recorren las entrañas y nos recuerdan esa fuerza primitiva y salvaje que todos llevamos dentro. "