Memorias del Subdesarrollo se publicó por primera vez en 1967 en Cuba.La novela que presentamos es un libro magistral, un corte literario al siglo XX. Cuenta la historia en primera persona de un burgués, irredento, dubitativo, e irónico, que decide quedarse en Cuba, mientras su familia se va a Miami, para ver qué de nuevo trae la revolución, para sopesarla, para exprimirla en sus ojos. Y el libro no solo se queda en el plano concreto cubano, también es una reflexión profunda acerca del hombre frente a la sociedad, y a la gestión de la colectividad que todo estado tiene o necesita para sobrevivir. El libro en la época causó furor en Cuba, Estados Unidos, América Latina, Vargas Llosa le hizo una crítica inmensa en la revista Carteles de La Habana, y se tradujo a varios idiomas europeos y de países asiáticos.
Tras autoexiliarse de Cuba en 1979, Edmundo Desnoes empieza a escribir este ensayo de claro aliento antiimperialista, que recorre las heridas de la región desde el desembarco colombino hasta el turbio presente, y donde el objeto de estudio viene tan definido y homologado por sus circunstancias historicas o geograficas como por las tentaciones depredadoras del vecino del Norte. Para Desnoes, todo el area caribeña ha vivido historicamente abocada a una dialectica de sumision y rebeldia que la condena a una permanente inestabilidad. Las palabras y las imagenes que invaden el mundo contemporaneo atrapan al Caribe en esa retorica maniquea, fundada en el colonialismo europeo y plenamente asumida ahora por EEUU, que esgrime su propia dicotomia: el speak softly y el garrote, la seduccion y la amenaza.
Cuando la muñeca Barbie se convierte en la amante perfecta y Fidel es la cabeza de perro de un bastón con el que dialogar, puede que hayamos llegado al punto que explicaba así Albert Camus: Un hombre rebelde es aquel que dice que las cosas han durado demasiado, que hasta aquí sí, pero más allá de aquí no. Para la rebeldía existe una frontera, un lugar de reflexión en el que el pasado se paraliza y se dibuja una y otra vez, hasta que se agota y se reinventa. Los iconos del siglo XX son revisitados. El Ché Guevara se ha convertido en Supermán. A finales de los noventa, un hombre pinta las marcas que la vejez deja en un cuerpo femenino. Viene de un mundo que quiso crear el paraíso en la tierra, y al estallar dejó un reguero de barcas a la deriva. Es un naúfrago. Perdido en la marea de Nueva York y en la marea de la Naturaleza, recuerda el año 59, la crisis de los misiles, recuerda a Pablo, su hermano, "Los viejos comunistas entran en el poder y yo salgo para un campo de concentración". Y trata de vivir con su pasado, de poner al sol sus culpas, si las hay, en un mundo en el que el poder de la literatura y de la palabra escrita es insignificante. Memorias del Desarrollo, segunda parte de Memorias del Subdesarrollo -la mítica novela de los sesenta reeditada hace poco en Mono Azul-, completa el círculo de realismo y de tragedia que se inició con la literatura cubana de los sesenta. Este libro es un nuevo cuchillo suave, un relato afilado que nos habla con maestría del hecho de envejecer, del triunfo de la derrota, y de la pérdida de la vida a manos de los sueños, todo ello desde una narración limpia y desnuda.