El seudónimo Caín acoge a dos profesionales, Federico del Barrio y Felipe Hernández Cava, que decidieron sumar sus fuerzas para el diario La Razón en el momento de la creación de este diario. Desde entonces, han ensayado un lenguaje satírico, apoyado en una gran versatilidad gráfica, con el convencimiento de que todo no puede ser dicho de igual manera. Esta pequeña antología de esa trayectoria muestra a Caín como un espíritu aparentemente cínico y pesimista que levanta acta de los diversos mecanismos con que el Poder tiende a extender su presión sobre una ciudadanía en franco proceso de extinción.
Punto y línea, mancha y trazo, se alían en una comedia de situación, en la que autor y lector se transforman en personajes de una reflexión gramatical que es, también, exploración y juego. Las convenciones de la narración se ven sometidas a un chequeo minucioso al que no es ajena la ironía; ese arquitecto bromista empeñado en remover los cimientos de lo establecido, para descubrir qué hay debajo de las cosas, qué las mantiene en pie.
Nathanael vive atormentado por el recuerdo de un personaje de su infancia al que culpa de todas sus desgracias. La aparición de Coppelius en su casa desencadena una serie de acontecimientos funestos que marcarán su destino. Clara y Lotario intentarán salvarle de la influencia de Olimpia, la enigmática figura de la ventana, pero las cartas están echadas y el tarot ha pronunciado su sentencia.
A lo largo de los años ochenta, la guionista Elisa Gálvez y el dibujante Federico del Barrio publicaron una serie de historietas en las revistas Madrid y Medios Revueltos. "Tiempo que dura esta claridad" recoge una seleccion de ellas, realizada por sus propios autores, la mayoria nunca antes editadas en libro. Esta edicion contiene, ademas, otros dos grupos de historietas. Por un lado, las que en su dia el dibujante publico en solitario, pero influido por la mirada o, incluso, la biografia de la autora; y, por otro, ocho paginas, actuales e ineditas, que dan titulo al libro y que constituyen, por tanto, una primicia. Pese al salto estilistico y temporal, este album mantiene una intima cohesion, una persistencia; tal vez una claridad.
Este es un libro ilustrado muy peculiar: los textos (poemas) ilustran a los dibujos, que se crearon primero. Una poeta reconocida y con un montón de libros publicados y un ilustrador reconocido y de amplia trayectoria (Federico del Barrio) se unen y crean un libro único.