The Travellers Daybook invites you to cross ocean, desert, mountain and ice-cap in the company of the worlds greatest explorers, wanderers and writers...Fergus Flemings day-by-day anthology of travel writing ranges widely across time as well as place: from Christopher Columbuss discovery of the West Indies in 1492 to Anton Chekhovs journey through Siberia in the nineteenth century and on to Wilfred Thesigers wanderings in Arabias empty quarter in the 1940s. Each quoted extract is accompanied by a brief commentary that introduces the writer and establishes the context of the excerpt. Flemings itinerary offers both a wealth of exotic destinations, and a many-hued patchwork of moods: the astonishment of the seventeenth-century diarist John Evelyn on beholding the size of womens shoes in Venice; the stoic courage of Captain Scott facing death at forty degrees below zero; the exasperation of Dylan Thomas at finding himself in a stifflipped, liverish, British Guest House in puking Abadan; and the philosophical introspection of Fridtjof Nansen as he drifts in an interminable and rigid world of Arctic ice. Here you will find Napoleons travel tips to his niece, a flight over Germany with Hitler, and an ex-pat dinner in Morocco where human blood is served from the fridge by the pint. Covering the whole calendar, including leap years, these 366 journeys are by turn lyrical, witty, tragic and bizarre - but always entertaining.
El atlas de 1816 estaba lleno de espacios en blanco. ¿Qué era el Polo Norte? ¿Existía un paso del Noroeste? ¿Qué había en el interior de África? ¿Existía la Antártida? Su empeño en encontrar las respuestas a esas preguntas, llevo al segundo secretario del almirantazgo britanico, John Barrow, a poner en marcha el programa de exploracion mas ambicioso que se haya visto en el mundo.
Desde comienzos del siglo xix, el Polo Norte encendió la imaginación y avivó el deseo de exploración y conquista de numerosos aventureros, científicos, expedicionarios o simples lunáticos, que sin duda veian en aquel lugar geografico algo mas que un punto sin extension, magnitud o grosor alrededor del cual gira el eje terrestre. Se rumoreaba que aquellos inaccesibles parajes escondian una misteriosa isla de basalto; otros sostenian la existencia de un inmenso mar calido, y fueron muchos los que arriesgaron la vida con tal de acercarse a los ansiados 90º de latitud norte. En esta trepidante y absorbente cronica, seguimos los pasos de exploradores como John Franklin, Elisha Kent Kane, Fridtjof Nansen o Robert Edwin Peary, quien supuestamente fue el primer ser humano que piso el polo en abril de 1909. En estas arriesgadas travesias, mas de un jefe expedicionario desaparecio para siempre con toda su tripulacion en aquellas desoladas regiones; otros sobrevivieron a duras penas al escorbuto, a la congelacion de manos y pies, a temperaturas de casi 70º bajo cero, a los mares helados y a sus propios delirios de grandeza. Basandose en el vivido testimonio de los diarios de a bordo, en los relatos periodisticos de la epoca y en una exhaustiva documentacion, Fergus Fleming reconstruye en estas paginas una de las ultimas epopeyas de la humanidad, en la que se mezclan rivalidades internacionales, afan de aventuras y el heroismo mas desinteresado.
Desde comienzos del siglo xix, el Polo Norte encendió la imaginación y avivó el deseo de exploración y conquista de numerosos aventureros, científicos, expedicionarios o simples lunáticos, que sin duda veian en aquel lugar geografico algo mas que "un punto sin extension, magnitud o grosor alrededor del cual gira el eje terrestre". Se rumoreaba que aquellos inaccesibles parajes escondian una misteriosa isla de basalto; otros sostenian la existencia de un inmenso mar calido, y fueron muchos los que arriesgaron la vida con tal de acercarse a los ansiados 90º de latitud norte.En esta trepidante y absorbente cronica, seguimos los pasos de exploradores como John Franklin, Elisha Kent Kane, Fridtjof Nansen o Robert Edwin Peary, quien supuestamente fue el primer ser humano que piso el polo en abril de 1909. En estas arriesgadas travesias, mas de un jefe expedicionario desaparecio para siempre con toda su tripulacion en aquellas desoladas regiones; otros sobrevivieron a duras penas al escorbuto, a la congelacion de manos y pies, a temperaturas de casi 70º bajo cero, a los mares helados y a sus propios delirios de grandeza. Basandose en el vivido testimonio de los diarios de a bordo, en los relatos periodisticos de la epoca y en una exhaustiva documentacion, Fergus Fleming reconstruye