Desbrozar críticamente la problemática textura del campo psicológico de la Psicología es el objetivo último del presente libro. Su autor pretende arrojar luz sobre el sentido de esta disciplina a través, precisamente, de la aprehensión efectiva de las numerosas franjas de contra-sentido que en el interior de la misma se han ido desarrollando hasta el momento presente. Para ello, lleva a cabo un contraste crítico de algunos de los ejemplares más sobresalientes de la protopsicología y la psicología científica -Descartes, Fechner, Wundt, psicología cognitiva, conductismo radical..., etc. Tal análisis da lugar a la detección de dos perspectivas genéricas desde las que ha sido históricamente observado el campo psicológico: la perspectiva representacional y la perspectiva fenoménico-contextual. El libro aporta las claves y los motivos que abocan a la perspectiva mayoritaria, perspectiva representacional, a una suerte de recurrente colapso explicativo, a la vez que, asimismo, pone de manifiesto los factores que habilitan a las corrientes psicológicas que conforman la perspectiva fenoménico-contextual para construir ejercitivamente un campo psicológico dotado de efectivo sentido.
En Para aprehender la psicología se construye una noción, la de inminencia operatoria, cuya relevancia es crucial para la comprensión de los problemas filosóficos que suscitan los episodios clave de la historia de la psicologia y la filosofia de una ciencia siempre a caballo entre lo social y lo biologico. La obra realiza un tratamiento historico-epistemologico del campo psicologico que conjura la recurrencia de los fantasmas gnoseologicos que acompañan a la disciplina psicologica desde su nacimiento. Para acometer esta tarea es necesario pertrecharse de una concepcion del psiquismo enteramente distinta del mainstream, capaz de sortear los callejones sin salida del representacionismo de origen cartesiano. La superacion del cartesianismo pasa necesariamente por rendirse a la irreductibilidad del contexto y por un modo de comprender el cuerpo no representacional, ni monista ni dualista, sino propio del analisis fenomenologico. Para Robles no puede concluirse que las psicologias no representacionales son las unicas psicologias verdaderas, pero si?es licito afirmar, con toda seguridad, que son verdaderas psicologias.