A medio camino entre el visionarismo genial y la ingenuidad propia de ciertas teorías de los llamados socialistas utópicos, este opúsculo de Fourier (traducido por vez primera al español), uno de los padres del cooperativismo, esta orientado a promover, ya desde la infancia, saberes utiles y tareas placenteras en el marco de un concepto de educacion en el que esta debe atenerse a las inclinaciones naturales del hombre y ser el horizonte basico de la organizacion socioeconomica justa y feliz soñada por este ideologo frances. Dos de las actividades consideradas por Fourier ventajosas para la colectividad y, en concreto, para la infancia son la opera y la cocina, precisamente porque, segun el, ambas coinciden con las inclinaciones naturales de los niños. La opera, en la que incluye la danza, la musica, la gimnasia y la poesia, entre otras ramas, proporciona distraccion a los trabajadores y adiestra a los niños en la precision y el control de los movimientos de su cuerpo. La cocina, catecismo industrial de la infancia, saca provecho a la glotoneria, connatural en el niño, y lo integra en la practica de tareas agricolas e industriales, que, finalmente, lo implican en el estudio de las ciencias exactas. No busca Fourier en la cocina o en la practica artistica el placer personal por si mismo, sino el beneficio material para la colectividad: su pretension es, en definitiva, superar las desigualdades sociales sirviendose del refinamiento en los paladares.
La selección de textos de Charles Fourier surge de una lectura intensa de sus ideas, expuestas en El nuevo mundo industrial y societario. Notas introductorias de Mario Vargas Llosa