En 1 9 4 9, tras una sangrienta guerra civil, Mao Zedong izó la bandera roja en la Ciudad Pro- hibida de Pekín. Pero la victoria del Partido Co- munista de China sobre las fuerzas de Chiang Kai-shek no trajo paz, libertad y justicia, sino la instauracion del sistema del terror propio de los regimenes totalitarios y la violencia sis- tematica que causo la muerte de cinco millo- nes de personas. A la luz de los datos descu- biertos tras la reciente apertura de los archivos gubernamentales de la Repºblica Popular, Frank Dikotter construye una estremecedora croni- ca de la revolucion china en la que los testimo- nios de los civiles y el analisis de las brutales politicas del gobierno de Mao se conjugan para ofrecernos un revelador documento. Este fas- cinante libro—segundo volumen de la "trilo- gia del pueblo", que incluye asimismo La gran hambruna en la China de Mao, tambien pu- blicada en Acantilado—da voz a las numerosi- simas victimas del comunismo en China silen- ciadas durante decadas y arroja luz sobre los origenes de una de las potencias mundiales del siglo xxi.
Entre 1958 y 1962 cuarenta y cinco millones de chinos perecieron a causa de los trabajos forzados, la violencia y la hambruna a los que fueron sometidos por el gobierno de Mao Zedong. Obsesionado con la empresa frenetica del Gran Salto Adelante, su iniciativa, destinada a superar el modelo economico occidental en menos de quince años, provoco una de las mayores catastrofes humanas de la historia. Gracias a una exhaustiva labor de investigacion de los archivos provinciales y municipales chinos recientemente abiertos, Dikotter da voz a las victimas del regimen y demuestra por primera vez que el implacable destino de las personas de a pie no fue un accidente, sino el resultado directo, y en buena medida calculado, de las decisiones en las altas esferas del poder. La gran hambruna en la China de Mao abre asi una nueva brecha en el muro que aun separa a la actual China, heredera del maoismo instaurado en 1949, del resto del mundo.
A ningún dictador le bastan el miedo y la violencia para gobernar: estas estrategias pueden resultar indispensables para alcanzar el poder e incluso para mantenerlo durante un tiempo, pero no suelen ser efectivas a largo plazo. La paradoja del dictador moderno es que debe crear la ilusion del respaldo popular, pues solo un tirano cuyo gobierno es capaz de inspirar idolatria en el pueblo conseguira perpetuarse. En Dictadores, Frank Dikotter examina ocho de los cultos a la personalidad mas efectivos del siglo xx: aquellos que, mediante estrategias que van desde los desfiles militares coreografiados al detalle hasta el establecimiento de una ferrea censura, fueron plenamente conscientes de la imagen que querian proyectar y fomentar. Este penetrante y oportuno ensayo analiza como se funda, afianza y perpetua el culto a la personalidad, ayudandonos a identificarlo en algunos lideres mundiales de la actualidad y situandolo donde pertenece, en el corazon de la tirania.