Este libro extraordinario e innovador nos demuestra que todos somos capaces de predecir la conducta violenta. Recurriendo a docenas de casos fascinantes conocidos en el curso de su carrera, De Becker extiende ante el lector las piezas que componen el rompecabezas de la violencia humana y nos enseña la manera de resolverlo, mediante la atencion a las sutiles -o a veces obvias- señales de la intuicion. Como dice el autor, puedes negarte a ser una victima. A partir de singulares y asombrosas revelaciones sobre el comportamiento humano, El valor del miedo nos ayudara a distinguir el peligro real del imaginario, nos hara sentir confianza en un mundo a veces hostil y volvera nuestra vida incomparablemente mas segura. Todos sabemos que existen razones validas para, en ocasiones, sentir miedo. La cuestion es, ¿que ocasiones son esas?: - Un desconocido en un aparcamiento se ofrece a llevarle la cesta de la compra a una mujer. ¿Es un buen samaritano o anda en busca de otra cosa? - Un empleado al que acaban de despedir predice: Se arrepentiran. ¿Piensa volver con una pistola? - Tras su primera salida, un hombre le dice a una mujer que es su destino estar juntos. ¿Que hara cuando ella lo rechace? - Un adolescente esta obsesionado con la musica death metal y fascinado por las armas de fuego. ¿Va a matar a alguien? - Una madre experimenta cierta sensacion de inquietud a proposito de la simpatica canguro que acaba de contratar para que cuide a sus hijos. ¿Deberia cambiar sus planes y quedarse en casa? - Un hombre es amenazado por el furioso ex marido de su actual compañera. ¿Debe acudir a la policia? Gavin de Becker, el principal experto estadounidense en la prediccion de conductas violentas, nos dice que todos estamos capacitados para responder a las preguntas mas comprometidas de la vida. El autentico miedo es un don, asegura, porque es una señal de supervivencia que solo se activa en presencia del peligro; sin embargo, el miedo injustificado ha adquirido un poder sobre nosotros que no tiene sobre ninguna otra criatura del planeta. Y no tiene por que ser asi.