Ecologista inmersivo, fotógrafo de vida salvaje y escritor, especialista en ciervos, se considera testigo de la vida salvaje pero también embajador de la naturaleza por haber dedicado una década de su vida a caminar por los bosques detrás de animales salvajes. Dejar el mundo social de los humanos, introducirse en la vida de los ciervos, vivir solo entre ellos para poder observarlos y comprenderlos mejor se ha convertido en una actividad de tiempo completo para él y está en el corazón de las historias que cuenta sobre su vida pasada en la intimidad de los corzos.
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Geoffroy Delorme, un amant de la natura, encara no tenia vint anys quan va veure un cabirol curiós i juganer al bosc de Louviers (Normandia). El jove i l''an
Desde muy joven, Geoffroy Delorme tuvo dificultades para relacionarse con sus semejantes. Sus padres decidieron sacarlo de la escuela, así que el pequeño continuó sus estudios en casa. Pero no muy lejos de su hogar habia un bosque que no dejaba de llamarle. A los diecinueve años, no pudo resistir mas la llamada y se lanzo a vivir con lo minimo en las profundidades del bosque de Louviers, en Normandia. Comenzaba para el un largo y arduo aprendizaje.Un dia, descubrio un corzo curioso y jugueton. El joven y el animal aprendieron a conocerse. Delorme le puso un nombre, Daguet, y el corzo le abrio las puertas del bosque y su fascinante mundo, junto a sus compañeros animales. Delorme se instalo entre los cervidos en una experiencia inmersiva que duraria siete años. Vivir solo en el bosque sin una tienda de campaña, refugio o ni siquiera un saco de dormir o una manta significaba para el aprender a sobrevivir. Siguiendo el ejemplo del corzo, Delorme adopto su comportamiento, aprendio a comer, dormir y protegerse como ellos, aprovechando lo que el humus, las hojas, las zarzas y los arboles le proporcionaban. Y asi, fue adquiriendo un conocimiento unico de estos animales y su forma de vida, observandolos, fotografiandolos y comunicandose con ellos. Aprendio a compartir sus alegrias, sus penas y sus miedos. En El hombre corzo, nos lo cuenta con todo lujo de detalles.
Desde muy joven, Geoffroy Delorme tuvo dificultades para relacionarse con sus semejantes. Sus padres decidieron sacarlo de la escuela, así que el pequeño continuó sus estudios en casa. Pero no muy lejos de su hogar habia un bosque que no dejaba de llamarle. A los diecinueve años, no pudo resistir mas la llamada y se lanzo a vivir con lo minimo en las profundidades del bosque de Louviers, en Normandia. Comenzaba para el un largo y arduo aprendizaje. Un dia, descubrio un corzo curioso y jugueton. El joven y el animal aprendieron a conocerse. Delorme le puso un nombre, Daguet, y el corzo le abrio las puertas del bosque y su fascinante mundo, junto a sus compañeros animales. Delorme se instalo entre los cervidos en una experiencia inmersiva que duraria siete años. Vivir solo en el bosque sin una tienda de campaña, refugio o ni siquiera un saco de dormir o una manta significaba para el aprender a sobrevivir. Siguiendo el ejemplo del corzo, Delorme adopto su comportamiento, aprendio a comer, dormir y protegerse como ellos, aprovechando lo que el humus, las hojas, las zarzas y los arboles le proporcionaban. Y asi, fue adquiriendo un conocimiento unico de estos animales y su forma de vida, observandolos, fotografiandolos y comunicandose con ellos. Aprendio a compartir sus alegrias, sus penas y sus miedos. En El hombre corzo, nos lo cuenta con todo lujo de detalles.