A veces para viajar lejos, lo único que se necesita es un gesto. Como en este caso, en que sólo hay que abrir esta pequeña joya y pasear por sus páginas. En su interior, nos aguardan llanuras inmensas, vacias y blancas, por las que vagan los osos En este lugar tan alejado, vive un pequeño niño esquimal que nos va a dejar ver el mundo a traves de sus ojos. Y cual sera nuestra sorpresa, cuando descubramos que los esquimales son capaces de distinguir mil blancos distintos, tan diferentes unos de otros, como el amarillo y el azul. Blanco gota, blanco copo, blanco nube De una manera sencilla, la autora lusa Isabel Minhos Martins se acerca con este album al pueblo esquimal. Lo presenta en su faceta mas cotidiana: en el interior de los iglus, recorriendo los paisajes helados o navegando en kayak. Pero no solo descubriremos a un gran desconocido, como suele ocurrir con todas las minorias, ademas sentiremos el frio y el viento, los copos de nieve que se pegan a la cara gracias a la magia de sus palabras. Claro que este album no solo nos envuelve con las palabras, tambien nos acaricia con las imagenes. Madalena Matoso, en esta segunda colaboracion con OQO, retrata a este pueblo que habita latitudes tan distantes, con los ojos de la inocencia. En las composiciones, recurre a la tecnica del collage, mediante la que ensambla recortes de periodicos, papeles y distintos materiales, que para nuestro asombro, se transforman en icebergs, en tormenta, en niño Dificil no identificarse con estos esquimales. Todo en ellos despierta simpatia (sus ropas de colores vivos y luminosos) o ternura, al descubrir el modo en que se relacionan con la naturaleza. Y a provocar estos sentimientos, contribuyen sobre todo las escenas de la ilustradora portuguesa: el hielo que se resquebraja bajo los pies; las nubes, tan altas, tan frias; los copos que caen como plumas Un album que mira con naturalidad hacia el otro lado del mundo y que concluye con una pregunta: Los esquimales ven mil blancos. ¿Y tu, cuantos blancos puedes ver? A traves de el, los mas pequeños comprobaran de una manera espontanea y divertida, que hay de cierto en eso de que las coordenadas geograficas y culturales condicionan nuestra forma de ver el mundo. TERCER PREMIO AL LIBRO MEJOR EDITADO 2009, en la categoria IN
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