Inmigrantes, emigrantes, polacos, españoles, argentinos, ingleses, judíos, "goym", "schwartze kop", condes, marqueses, psicoanalistas, comunistas, fascistas, boxeadores, tenistas, mendigos, ricos, muertos de hambre, etc., forman el interminable calidoscopio donde se arma y se desarma constantemente la loca e imaginaria ilusion de unidad que llamamos identidad.A traves de cinco cuentos el autor intenta destacar la identidad como el ornamento de una nada. La tragedia adviene cuando esa nada central que debe permanecer vacia, intenta sustancializarse y codificarse. Cualquier identidad que sea incapaz de dialectizar el ornamento con la nada central queda cegada en la posibilidad de asumir que no hay nada mas puro que la impureza misma. El afan por la pureza es la desgracia de todos los absolutismos, donde la razon se hace mortifera estatua por no dejar vacio el lugar de la imposible verdad.