JAVIER DEL ARCO

El gran atractivo y la gran virtud de Internet reside en su naturaleza abierta. Los intentos de restringir el libre flujo de información en Internet, así como los intentos de limitar lo que puede decirse por los modernos teléfonos móviles digitales, es sencillamente inaceptable. La libertad es la fuente de la ética moderna y de todos los principios en los que se sustenta el Estado democrático moderno. No hay razón alguna, ni siquiera la seguridad, que justifique ética y políticamente restricción alguna en los principios básicos de intimidad y libertad de expresión. La empresa es cotransformadora de la sociedad y por lo tanto es también co-responsable de llevar a buen término esa transformación. Por eso, comienza a hablarse ya de denominar a la empresa positivamente coresponsable de las transformaciones sociales, "empresa ciudadana" para la que demandamos el legítimo reconocimiento civil y público que se le debe. El concepto de ciudadanía que defendemos debido a nuestra proximidad al denominado "pensamiento de la Res Publica" por considerar la libertad como principio primero y, por lo tanto nunca susceptible de utilizarse como pretexto dominador de índole alguna por acción u omisión, lo extendemos ahora al ámbito empresarial y denominamos empresa ciudadana a aquella que asume sus deberes de ciudadanía respecto de la sociedad, deberes que van mucho más allá de la obtención de beneficios.

El gran atractivo y la gran virtud de Internet reside en su naturaleza abierta. Los intentos de restringir el libre flujo de información en Internet, así como los intentos de limitar lo que puede decirse por los modernos teléfonos móviles digitales es, sencillamente, inaceptable. La libertad es la fuente de la ética moderna y de todos los principios en los que se sustenta el Estado democrático moderno. No hay razón alguna, ni siquiera la seguridad, que justifique ética y políticamente, restricción alguna en los principios básicos de intimidad y libertad de expresión.