"Aquella mañana llovieron obispos bocabajo& x02026;". Con tan inquietante imagen da comienzo esta novela de humor que se desarrolla en la Sevilla de 1936 recien conquistada por los fascistas. En ella, tres republicanos torpes, heroes diletantes inspirados en los hermanos Marx, intentaran matar al general Queipo de Llano con una conspiracion semejante a la de los exiliados del cuento de Max Aub La verdadera muerte de Francisco Franco; es decir, hablando en un bar sin llegar a concretar ningun plan& x02026; O quizas si. Paralelamente, en el presente, un autor igualmente torpe y diletante, intenta escribir una novela en la que se asesina a Queipo. Mientras fabula el simulacro historico, la gozosa ucronia, el autor nos cuenta parte de su vida.
Las abejas de Manhattan es una novela de humor. Un vodevil literario en el que se homenajea a las tertulias literarias a través de un delirante grupo de letraheridos que se reúnen en un bar con reminiscencias celianas (El Tendero Ordenancista) regentado por un original camarero que solo habla citando Libro del desasosiego de Pessoa. La novela es un caleidoscopio de historias disparatadas llenas de literatura y humor absurdo. En esta novela, que no es novela de igual forma que la pipa de Magritte no es pipa, se desvelaran datos biograficos sorprendentes de Kafka, como, por ejemplo, la manera voluntaria que tuvo de contraer la tuberculosis para suicidarse por amor O que Picasso era homosexual y de que manera lo decia incluyendo señales subrepticias en sus cuadros Tambien se dara un descabellado nuevo rumbo a la novela de Galdos Fortunata y Jacinta en el que el desdichado Maximiliano Rubin podra, al fin, vengar su ignominia Un hermafrodita enamorado del politico Alfonso Guerra nos contara su pasion por Tom Spanbauer y la literatura peligrosa Y como en los mejores westerns , habra un duelo final entre tertulias rivales con un sorprendente desenlace que llevara a los protagonistas al Manhattan de Woody Allen Los hermanos Marx, Rabelais, Mihura, Laurence Sterne, Woody Allen, Jardiel son una parte de los santos patronos que marcan el alocado rumbo de esta tabernaria nave de los locos.