El miedo a la libertad hunde sus raíces en miedos ancestrales, que sobreviven a las religiones, transformados en fidelidad a la tradición, a la palabra revelada, etc. En el fondo, toda religión debe resolver un problema de primera importancia: su relacion con el tiempo, su forma de estar en la historia. Si sus energias se orientan a defenderse del tiempo, terminara blindando un nucleo duro de verdades intangibles. Toda religion aspira logicamente a proponer un conjunto de verdades reveladas que constituyen su marco central de referencia y orientacion. Pero, cuando evitan cualquier tipo de lectura que situe su mensaje en la historia y cultura concretas, terminan fosilizando y sustrayedo a toda hermeneutica todo el horizonte de su fe. En ese momento, toda forma cultural, toda costumbre o manifestacion colectiva adquiere rango nuclear y la libertad es desechada como inutil y peligrosa. El fundamentalismo, llegados a este extremo, se ha apoderado de la religion y ya solo queda espacio para la resistencia martirial o para la aventura apocaliptica.