Prensas de la Universidad de Zaragoza 9788413403359
La Colección Federico Torralba de Estudios de Asia Oriental ha publicado el libro de Hidehito Higashitani La flor del ciruelo y la rosa azul. Cartas de un hispanista japonés sobre la cultura y el mundo presente, en el que se recoge las colaboraciones en prensa de este prestigioso hispanista japones sobre una amplia tematica que abarca agrupadas en varias secciones sobre artes y letras, la sociedad, la actualidad y las relaciones hispano-japonesas. Hidehito Higashitani ha sido rector de la Universidad de Estudios Extranjeros de Kobe y es reconocido como uno de los grandes hispanistas japoneses, gracias a traducciones de titulos tan relevantes como El Criticon de Baltasar Gracian. En paralelo a su labor universitaria, Hidehito Higashitani ha sido presentador de la television publica japonesa NHK y colaborador de diversos medios de comunicacion, tanto en Japon como España. Entre el 26 de mayo de 2008 y el 20 de noviembre de 2013, con el desastre nuclear de Fukushima como epicentro, publico en el diario El Imparcial mas de un centenar de columnas que recuperamos aqui por su gran valor. Hidehito Higashitani escribe sobre los temas de nuestro tiempo, con el valor añadido de realizar tambien una labor semejante a la de un corresponsal en un pais, Japon, que es una potencia economica y cultural que interesa cada vez mas en España. La edicion del libro ha sido realizada por el profesor Jose Pazo Espinosa de la Universidad Autonoma de Madrid y el profesor David Almazan Tomas de la Universidad de Zaragoza en el marco de sus investigaciones sobre los puentes culturales entre España y Japon.
Pocos artistas como Utagawa Kuniyoshi (1798 1861) representan mejor el universo del ukiyo-e, la más genuina expresión artística del Japón del periodo Edo (1615-1868). La palabra japonesa ukiyo-e se compone de tres letras kanji que significan flotante (uki), mundo (yo) y "pintura" (e), que se traducen como las pinturas o imágenes del mundo flotante.
El mar al fondo, una casa en un bosque de pinos, un niño al que ponen todos los días en un patio, un hermano ausente que solo piensa en la huida, una madre histriónica y un padre que se refugia en la barrera de su periodico abierto, un vecino notario con su atractiva mujer, una casa abandonada y un perro, un beagle, que se une al escenario: Deliria nos lleva, de la mano de un ritmo cadencioso y salmodico al territorio de la introspeccion, de lo solemne y de lo comico. Version y secuela atlantica de la anterior obra del autor, El enigma de los espejos, publicada en esta misma editorial, Deliria es un delirio sinfonico que fluye por debajo de la conciencia, acompañado por los fantasmas de Wittgenstein, del Sutra del diamante y de Samuel Becket y sus seres casi innombrables. Alejada de las formas narrativas y poeticas actuales, sumergirse en Deliria es abandonar el yo para ser parte del rito, del sacrificio y de la redencion que acompañan el acto de vivir.
"Este viaje ocurrió en un Japón que no era lo que es ahora. Un Japón de hace casi treinta años. Aunque su esencia es la misma, aquel Japón carecía de muchos de los rasgos que tiene hoy, y me refiero sobre todo al Japon percibido fuera de Japon, quiza no tanto al percibido dentro del propio Japon. Era un Japon menos global desde el punto de vista cultural, todavia preso de opiniones como la de Max Frisch, cuando visito Japon y dijo Los japoneses son muy raros. No quieren que se les conozca.El Japon de este viaje y este libro era un Japon sin internet, sin redes sociales, sin esa enorme informacion disponible para el turista con un golpe de dedo de la que disponemos hoy. No se si este libro habria cambiado de haber existido ya internet, sospecho que si, pero no tengo una idea muy clara sobre ello. Aunque si la sospecha de que hay algo en el libro que lo hace muy pre-internet, y por lo tanto de otra era. Un libro, en definitiva, que hoy es una anacronia. Pero hay algo reconfortante en publicar papeles pasados, en revisitar tiempos idos, sean feos o bonitos, divertidos o aburridos (como temo que sea este libro para algunos). Marcos Jimenez de la Espada, a quien cito en el libro, escribio: Pero miradas desde la vejez, todas las lejanias juveniles son hermosas; y aunque parezca mentira, estos aridos y vetustos papeles me las acercan sin afearlas. Jose Pazo, del prologo a Nekomata, el gato de las dos colas