Lou Andreas-Salomé nació en San Petersburgo en 1861 y falleció en Göttingen en 1937. Su agitada y extraña vida amorosa ha dado mucho más de que hablar que su no menos insólita y enriquecedora obra escrita. Con los profesores Gillot y Bidermann, primero en Holanda y luego en Zürich, Lou estudió Historia y Filosofía de la Religión, e Historia del Arte. En Roma y más tarde en Viena, sobre todo de la mano de sus amantes, Nietzsche, Paul Ree y Rilke, fue acercándose a su «encuentro» con el psicoanálisis y, en particular, con Freud, con quien estableció una estrecha amistad y una intensa correspondencia. Centrando su interés en dos figuras, presentes en cada uno de sus escritos—el niño y Dios—, Lou empieza a desarrollar su pensamiento que nos conduce, por diversos caminos, a la revelación y al análisis del narcisismo.
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Este estudio pionero en la interpretación de las obras de Friedrich Nietzsche, que se publicó en Viena en 1894, está considerado todavía hoy como uno de los más penetrantes. Su autora conoció al filósofo solitario cuando ella contaba veintiún años y él treinta y ocho. Impresionado por su inteligencia y belleza, Nietzsche le hizo varias propuestas de matrimonio que ella rechazó. Algunos años después de su amistad, la antigua alumna abordó la obra del autor de Así habló Zaratustra desde una perspectiva que pretendía aunar vida y pensamiento, al hombre con el filósofo. Convencida de que en la poderosa personalidad de Nietzxche se encontraba la explicación de la fuerza y desmesura de su filosofía, Lou Andreas-Salomé revela los entresijos de un espíritu desinibido que nunca termió volar en las alturas del pensamiento, pero cuyos estados de ánimo, afectos y vehemencia condujeron también hacia profundos abismos.
La figura de Lou Andreas-Salomé adquirió una notable popularidad tras la publicación, en 1951, de la primera edición alemana de Mirada retrospectiva, que sirvió a Liliana Cavani para hacer su película Mas alla del bien y del mal.La presente edicion surge de un segundo manuscrito encontrado posteriormente por Ernst Pfeiffer, amigo personal de Lou Andreas-Salome, que sin diferir en lo sustancial con el anterior, lo completa y lo hace mas preciso.La importancia de esta autobiografia es que nos aproxima a una de las epocas mas atractivas y de mayor creatividad y esplendor de la cultura centroeuropea, teniendo en cuenta que Lou Andreas-Salome fue amiga y colaboradora de algunos de los intelectuales mas representativos de la misma como Nietzsche, Rilke y Freud, entre otros. Ademas, nos asomamos a una vida sumamente heterodoxa para los patrones convencionales y morales de su tiempo y, en cierto modo, anticipadora del movimiento de liberacion de la mujer.Por ultimo, cabe resaltar la estructura de la obra. Lou Andreas-Salome no realiza una exposicion lineal de sucesos personales, sino que salta continuamente de la anecdota o del hecho al plano de la reflexion mas general. Como anuncia el subtitulo, Compendio de algunos recuerdos de la vida, lo que le interesa no es la descripcion secuencial de su existencia, sino la busqueda de ese sentido mas profundo e invisible que realmente constituye el hilo de todo el relato. En el fondo, una manera de ver la vida que, paradojicamente, tiene connotaciones religiosas como queda de manifiesto en el primer capitulo, La vivencia de Dios.Mirada retrospectiva viene completada con las Notas de Ernst Pfeiffer al final de la obra que aclaran algunos aspectos de la autobiografia como, por ejemplo, la extraña naturaleza de la relacion
Lou Andreas-Salomé es la voz de la inteligencia y la sensibilidad femeninas en el gran movimiento de transformación cultural centroeuropeo del cambio de siglo. Sus reflexiones, valientes e incisivas, sobre la condicion de la mujer, mantienen hoy todo su valor y su capacidad de sugerencia.