En los diversos idearios que las sociedades medievales construyen a lo largo del tiempo, la muerte se articula siempre como un elemento protagonista, no solo por la importancia que se le otorga en los modelos religiosos que los vertebran, sino por el relieve que adquiere en la gestion de lo cotidiano, desde los procesos economicos a las construcciones politicas y de las creaciones culturales a la vida material. No por obvia, esta omnipresencia deja de mostrar una vertiente cada vez mejor definida de instrumentalizacion por parte del poder y, en especial, de los elementos que conforman las elites de los diversos grupos socio-politicos que hemos dado en llamar principes: familias regias, aristocracia laica y eclesiastica, patriciado urbano y hasta los miembros mas acomodados del campesinado o de las minorias religioso-culturales. Este elemento de la muerte como instrumento para la construccion del poder se constituye en protagonista de este libro, en un intento por establecer modelos de comparacion y emulacion y relacionar espacios y tiempos, y donde colaboran destacados especialistas y jovenes investigadores que apenas comienzan a trabajar.