Los poetas no somos gente honrada sino gente disociada con un alto nivel de despersonalización, que cambian de registro y de voz a solas, cuando todos duermen o todos trabajan. Los poetas nos ahogamos en un mar suburbial y espeso cuyo oleaje es la soledad y la realidad primigenia. Vamos dando dentelladas al mundo para igualar la muerte a la vida, esta que tanto nos cuesta definir e inventar cada dia. Porque los poetas naufragan en la vida y solo las palabras son capaces de mantenernos con la respiracion entrecortada pero libre. Los poetas no nos entendemos, nos vertemos para sobrevivir, nos ponemos en evidencia para reaccionar, batimos brazos igual a versos, y a veces caemos boca arriba en el aire como ballenas humeantes. Maria Alcocer