A los ocho días del nacimiento de la gran Reina descendieron de las alturas multitud de ángeles hermosísimos y rozagantes, y traían un escudo en que venía grabado brillante y resplandeciente el nombre de MARIA; y manifestandose todos a la dichosa madre Ana, la dijeron: que el nombre de su hija era el que llevaban alli de MARIA; que la divina Providenciase le habia dado, y ordenaba que se le pusiesen luego ella y Joaquin. Llamole la santa, y confirieron la voluntad de Dios para dar nombre a su hija; y el mas que dichoso padre recibio el nombre con jubilo y devoto afecto. Determinaron convocar a los parientes y a un sacerdote; y con mucha solemnidad y convite suntuoso pusieron Maria a la recien nacida; y los angeles lo celebraron con dulcisima y grandiosa musica.
Esta colección, nacida hace 25 años y proyectada con destino a estudiosos, estudiantes y lectores exigentes, ha dado a conocer en textos impecables, basados en las primeras ediciones o en manuscritos autógrafos, las obras y autores más significativos de la Literatura española. La limpieza y autenticidad del texto es una condición imprescindible en Clásicos Castalia.
Por fin una edición popular y a la vez rigurosa de este libro clásico de la literatura religiosa española. Presentamos el primer tomo de un texto limpio de arcaísmos, de fácil lectura y manejo, que sin duda se convertirá en un fiel compañero para la vida religiosa tanto del lector culto como del sencillo. Durante siglos, lectores de toda clase se han lamentado de que no existiera una edición asequible de esta obra, para lo que hemos tenido que esperar al siglo XXI. María de Jesús de Ágreda tuvo una serie de revelaciones en las que, según cuenta, la Virgen le fue contando pormenores de su propia vida y de la Jesucristo y de los primeros cristianos. La autora fue declarada venerable por el papa Clemente X.