En los estudios prehistóricos ha habido escaso interés, excepto en la ldenominada Arqueología del Género, por analizar las tareas cotidianas que tuvieron que ver, sin duda, con las posibilidades de bienestar general de cualquier grupo humano. Aparte de la gestación y el amamantamiento, dichas actividades, sin las cuales la vida social no hubiera sido posible, están relacionadas con el procesado, cocinado y almacenaje a corto y largo plazo de los recursos alimentarios para su posterior distribución y consumo, la fabricación de útiles domésticos, la confección de prendas de vestir, la construcción y el saneamiento de las viviendas, la obtención y el transporte de agua y combustible, el cuidado y la socialización de las criaturas, las atenciones de los demás. El libro pretende poder llegar a conocer el día a día de los diversos grupos arqueológicos del pasado, así como intentar desarrollar una prehistoria en la cual la vida y su sostenimiento -no únicamente el poder ni la riqueza- constituyan el eje vertebrador.
Durante los últimos treinta años se ha ido desarrollando una nueva producción de conocimiento denominada Her-story o Historia de las Mujeres, que pretende valorar una experiencia femenina ignorada, e insiste en la participación de las mujeres en la construcción de la Historia. La autora sintetiza las aportaciones de los diversos feminismos y las diferentes líneas teóricas desarrolladas en la Historia de las Mujeres, para después reflexionar sobre las repercusiones de ésta en el campo de la Arqueología y el seguimiento y evolución de la Arqueología de Género. Es en la última parte del texto donde la autora explica sus planteamientos acerca de esta disciplina.