Miguel Espinosa

"Fue privilegio de Miguel Espinosa componer libros no sólo elocuentes, sino difícilmente referibles a convención literaria alguna, libros, en cierta manera, insólitos. Asklepios, escrito en Madrid, entre 1960 y 1962, y fruto de la mirada del autor de Escuela de Mandarines sobre la Grecia antigua, exhibe esa condición."

. A los 33 años, Miguel Espinosa juzgó conveniente explicarse y narrar su vida. La explicación tomó la forma de un tratado sobre las edades del hombre, del que quedaba ausente la vejez. Aun así, abarcaba la existencia, de principio a fin, con la consiguiente melancolía. Espinosa se presenta aquí como Asklepios, un carácter perteneciente por destino a la Grecia antigua, aunque nacido por azar en nuestro tiempo. Y esto, que en otro hubiera sido un juego literario, en él era verdad vital» Juan Espinosa. Asklepios es el último griego, un ser desterrado en el tiempo nacido por error en el mundo moderno. Hombre de destino, se sitúa siempre del lado de los débiles y elige según una moral propia que remite a los ideales griegos de Verdad, Bondad y Belleza. Por ello, entre los hombres, en el mundo de los hechos, sufrirá innumerables adversidades. Sin embargo, muy lejos de allí, en otro reino, en la pura región del arte, reinará en solitario y será el hombre más sbio y más libre, irónico y feliz bajo el sol.

Hace milenios de milenios existía un famoso Estado, llamado Feliz Gobernación, aunque, en verdad, la dicha sólo pertenecía allí a unos pocos, como descubrirá quien prosiga leyendo. Seis castas formaban el suceso: unos mandarines; unos legos, auxiliares de aquellos; unos becarios, aspirantes al mandarinazgo; unos alcaldes, lacayos rurales del Poder; unos hombres de estaca, también apodados soldados, y un Pueblo. Por encima de las castas reinaban un Gran Padre Mandarín y un Conciliador, generalmente Dictador.Por vez primera se publica el texto con un estudio preliminar. Carmen Escudero, Doctora en Filología, Profesora Titular de la Universidad de Murcia y gran conocedora de la obra de Espinosa, analiza la vida y la obra del escritor murciano.

La fea burguesía nos ofrece un retrato de las denominadas clase media y clase gozante, representadas por parejas en busca del éxito, que se resume en poseer dinero, y se prueba mediante la constante adquisicion de bienes. El desprecio y la ceguera ante la inteligencia ajena configuran la base de una clase que vive al amparo del Benefactor, valedor y guia de la Dictadura.

Un lugar m#tico: la Feliz Gobernaci#n y su r#gida estructura social. Seis castas que cumplen, desde hace millones de a#os, su papel. Pero todo puede cambiar si el Pueblo sabe observar y escuchar. Escuela de mandarines narra el viaje del Eremita, desde sus tierras, hasta la capital del Reino, con el prop#sito de combatir la mentira. En este viaje, lleno de encuentros, se ve confortado por el recuerdo de Azenaia, su amada, s#mbolo de cuanta belleza y bondad hay en el mundo. Escuela de mandarines es un monumento a la Cultura, ir#nico y entusiasta, un alegato contra el Poder y sus Administradores, en el que Miguel Espinosa, uno de los grandes narradores espa#oles del siglo XX, rebasa los diferentes g#neros y crea su propio universo de referencia, aboliendo la realidad inmediata, para que nada quede fuera del arte.

Los españoles actuales hemos asistido al espectáculo inusitado de una intensa transformación de nuestra sociedad, sin precedentes en la Historia. Los cambios sociales tan bruscos no se realizan sin resistencias ni tensiones. Es definitivo el cambio de signo que significa el pasar de ser una sociedad de continua emigración a otra de fuerte inmingración. Como ejemplo de fuertes tensiones sociales está la resistencia a aceptar el trasvase de agua de las cuencas excedentarias a las sedientas. Se añade la paradoja de que la España seca es la que ve aumentar más su población. Un rasco esencial del momento es la creciente presencia de viejos, como consecuencia de los avances sanitarios y del adelanto de la jubilación. Todos estos y más cambios han influido en la mentalidad de los españoles, y los ha vuelto más tolerantes y pragmáticos, a pesar de lo cual cabe registrar la permanencia de dos demonios seculares: el pesimismo y la envidia. Al final, somos los que éramos.

Más de 400 cartas, notas, postales, telegramas y otros que Espinosa escribe a su musa, Mercedes Rodríguez. Las cartas fueron entregadas al hijo de Espinosa por la propia Mercedes cumpliendo, así, la voluntad del autor para que fueran examinadas, y se valo

«Allí estaba, tan cerca de mí y de mis amigos. Con su leyenda tan presente… ¡y todavía menos que hoy! Por desgracia, no conocí a Miguel Espinosa cuando vivía. En cuanto leí las primeras páginas de Tr

Asklepios es el último griego, un ser desterrado en el tiempo, nacido por error en el mundo moderno. Hombre de destino, se sitúa siempre del lado de los débiles y elige según una moral propia que remite a los ideales griegos de Verdad, Bondad y Belleza. Por ello, entre los hombres, en el mundo de los hechos, sufrira innumerables adversidades. Sin embargo, muy lejos de alli, en otro reino, en la pura region del arte, reinara en solitario y sera el hombre mas sabio y mas libre, ironico y feliz bajo el sol.

Hace milenios de milenios existía un famoso Estado, llamado Feliz Gobernación, aunque, en verdad, la dicha sólo pertenecía allí a unos pocos,Seis castas formaban el suceso: unos mandarines; unos legos, auxiliares de aquellos; unos becarios, aspirantes al madarinazgo; unos alcaldes, lacayos rurales del Poder; unos hombres de estaca, tambien apodados soldados, y un Pueblo. Por encima de las castas reinaban un Gran Padre Mandarin y un Conciliador, generalmente Dictador.

Con esta obra, Miguel Espinosa no ha venido apaciguar conciencias, sino a escandalizarlas. Las palabras del escritor pretenden ser una contundente advertencia acerca del Mal que anida en la cotidianidad y en la norma; y - si bien la lectura de la obra estudiada nos resulta grata como creación literaria- también provoca en nosotros honda inquietud, por lo que de trascedente y terrible tiene lo que en sus páginas nos ha sido revelado. Una buena lectura de La Fea Burguesía debería tener como resultado -en quien ha sido su lector- un deseo, por amor a la verdad, de ir más allá de las apariencias que le cercan a diario. Nuestra mirada sobre el mundo ya no será la misma que tuviéramos antes; la realidad se muestra ahora ante nosotros dotada de nuevos matices y de una mayor complejidad. María del Carmen Carrión.