Desde sus inicios creativos en los años treinta, Luis Rosales emprende un ejercicio de formación y experimentación estéticas que habrá de perfilarle durante toda su vida como el eterno aprendiz de poeta, abierto a cualquier nueva influencia que hubiese de enriquecer, renovar o completar su obra. Su voz poetica es deudora de todas las tradiciones y esta atenta al ultimo hallazgo creativo. En "La casa encendida", Rosales alcanza la cuspide de su madurez poetica. En "Rimas" se entrecruzan los temas y motivos cardinales que edifican su raiz vivencial y lirica: el tiempo como eje vertebrador de la existencia, el nombre como creador de la realidad, el paraiso perdido de la infancia y el recuerdo de la madre, las evocaciones del paisaje, la mitificacion del espacio (la casa), el desamparo existencial del yo, la reflexion sobre el origen y la vinculacion del hombre con el universo. "El contenido del corazon", libro dedicado a la memoria de su madre, supuso un punto de inflexion tanto en la vida como en la obra de Luis Rosales.
No estamos solos. A nuestro alrededor hay fantasmas que pueblan las estanterías de voces que cantan el dolor y la pérdida, el deseo y la nostalgia. Si la vida es un río, un escenario o una gran sala de espera, tambien es un camino de piedras. Piedras que vamos dejando caer para que no se pierda nuestro rastro, para que podamos volver, en cualquier momento, a ese paraiso original y mitico, poblado de sombras y quimeras.¿Sonaria una sinfonia ante un auditorio desierto? ¿Se haria la luz ante una humanidad cegada? Como sugiere el budismo zen, una sola mano no aplaude; precisamos del tu esencial, tan machadiano, para ser. Las voces de los fantasmas conforman nuestra esencia: somos porque los leemos. Pero tambien ellos son, y seran, porque precisan de un lector, de un interlocutor para existir.El poeta sera un fingidor, pero el lector siempre sera un enfermo. Porque ante todo, por encima de todo, es un enamorado.Este volumen no es mas que una carta de amor destinada a algunos de esos fantasmas de nuestras estanterias. Porque en aquellos momentos en los que el mundo se rompe, solo necesitamos deslizar los ojos por los anaqueles de la biblioteca para encontrar un ancla a la que aferrarnos.Cuando todo falta, ellos nunca fallan. Quedan sus nombres.Noemi Montetes-Mairal y Laburta es profesora de literatura en la Unive...