Pancracio Celdrán Gomariz

¿Sabía usted que los hombres prehistóricos ya tenían peines, o que los egipcios estaban tan preocupados por la alopecia que usaban pelucas, o que los asirios inventaron el tinte del pelo hace más de tres mil años? Todas las cosas, por pequeñas que sean, tienen una historia. A veces, incluso una gran historia. Tragedias, dramas y comedias se esconden en el origen de los objetos a los que la cotidianeidad ha sumido en el anonimato. Pancracio Celdran lleva años recuperandolos y difundiendolos por la radio en el programa de Radio Nacional No es un dia cualquiera. Ahora los ha reunido en este gran libro y, gracias a el, conoceremos las peripecias que han dado origen a los botones, el taburete, el ataud, las cerillas, el desodorante, el peine, la plancha, el estropajo o el ascensor. Indagaremos quienes fueron los inventores de las patatas fritas, la tortilla, el chicle, la margarina, las salchichas, el croissant, las hamburguesas, el turron o los helados. Nos sorprenderemos con el ingenio que pergeño la cremallera, la bragueta, el imperdible o la dentadura postiza. Y nos sonreiremos leyendo los origenes del papel higienico, el orinal, la taza de vater, la lavativa o el corse.

¿Os habéis preguntado alguna vez qué significan y de dónde provienen expresiones tan presentes en nuestra vida cotidiana “cada loco con su tema”, “buenas son mangas después de Pascuas…”? Refranes com

Los nombres de los lugares y de sus habitantes — El lector podrá encontrar la etimología de unos 15.000 topónimos diferentes y sus más de 11.000 gentilicios reales acuñados para sus habitantes. — La obra se complementa con tres apéndices: — Una relación de topónimos, localizaciones, gentilicios y apodos no incluidos en el cuerpo del diccionario. — Una selección bibliográfica imprescindible. — Un índice inverso de gentilicios con referencia al topónimo al que se encuentra asociado.

Desde los siglos arcaicos de Homero hasta el dominio romano, pasando por el esplendor clásico de la Atenas de Pericles y Platón, hombres y mujeres de diversa ralea vivieron en una de las culturas más fascinantes de todos los tiempos.Dentro de ella surgieron ideas, inventos y creaciones artisticas que han perdurado hasta nuestros dias, asi como conquistas y hazañas militares que pasaron a la posteridad. Pancracio Celdran nos ofrece un recorrido a traves de casi mil años en compañia de mas de ciento treinta de aquellos notables personajes.De manera detallada conoceremos tanto las vidas de estas personalidades como el pensamiento, el arte, la tecnologia y los descubrimientos que desarrollaron en su epoca, sus politicas y sus estrategias belicas; todo ello salpicado por las anecdotas mas curiosas sobre el caracter, las pasiones, las envidias y el sentido del humor de sus protagonistas.En esta obra conoceras curiosidades intimas de los mas importantes personajes de nuestro pasado y extrañas costumbres, origen de muchos de nuestros comportamientos actuales. Anecdotas tales como que Alejandro Magno conservaba unaIliadaen un cofre como el tesoro mas importante de su imperio o que Socrates temia enfermizamente el mal de ojo.Descubriras gentes tan excentricas como los lacedemonios, que obligaron a su rey Arquidamos a pagar una multa por haberse casado con una mujer muy bajita, o la costumbre ya en el siglo V a. C. de decir Que Zeus te cuide cuando alguien estornudaba, antecedente de nuestro ¡Jesus!.EnQuien fue quien en el mundo clasicoPancracio Celdran ha llevado a cabo un trabajo exhaustivo y riguroso y le ha aplicado su inteligente humor para resumir brillantemente siglos de historia llenos de entretenimiento y sabiduria

¿Quién no ha cruzado los dedos en presencia de un gato negro o ha evitado pasar por debajo de una escalera o junto a un cementerio? ¿Por qué evitamos derramar sal en la mesa? ¿Por qué tocamos madera al paso de un entierro o ante cualquier temor más o menos fundado? Pasar un décimo por la joroba de un chepudo para propiciar la suerte, o evitar la mirada de un tuerto; no romper un espejo ni abrir el paraguas bajo cubierto; evitar el número trece, tocar hierro o cruzar los dedos ante un peligro son algunos de los ritos ancestrales y bizarros con los que desde la Antigüedad ha tratado el hombre de conjurar el mal de ojo y sortear los peligros, llevado siempre por un cúmulo de creencias peregrinas, supersticiones y manías con las que damos a la suerte adversa un quiebro y al mal fario, con la puerta en las narices.

El acervo fraseológico se ha ido formando a lo largo de los siglos con aportaciones sucesivas que el pueblo consagra y dota de aires nuevos. Los latinos llamaban dictum al conglomerado de sentencias, aforismos, topicos, adagios y maximas dentro de cuya variedad existia alguna diferencia. A veces la peripecia de una frase hecha se remonta a la Antiguedad y viaja a traves de los siglos, como criaturas de otra epoca. La fraseologia recoge y ampara cuanto sirve a la causa expresiva y solo pide que se conserve su integridad morfologica, ese caracter propio de las expresiones que en el fondo son cantos rodados del lenguaje transmitidos a menudo desde los origenes de la historia de la lengua, presentes muchas veces en la lengua latina o griega. Porque las frases hechas son muletillas lexicas, ties y recursos de los hablantes, reflejo de la intuicion y la genialidad, ya que responden a las troquelaciones linguisticas del pueblo, a su gracia creadora.

Las juderías de España: caminos sefarad = spanish jewish netword: routes of sefard (ed. Bilingue español-ingles) quiere ofrecer a sus lectores un paseo por las 21 ciudades de la Red de Juderías de España-Caminos de Sefarad. Tanto el texto, escrito por Pancracio Celdran, como las magnificas fotografias de Agustin Martinez, pretenden acompañarles por las juderias españolas a traves de un itinerario urbano, arquitectonico y artistico. Un viaje a la memoria del camino trazado por una cultura que complemento el mosaico de tradiciones, de creencias y culturas de los reinos de la España medieval y a un legado en vias de recuperacion.

Los nombres de los lugares y de sus habitantes. En el Diccionario de topónimos españoles y sus gentilicios el lector podrá encontrar la etimología de unos 15.000 topónimos diferentes y sus más de 11.000 gentilicios reales acuñados para sus habitantes. En muchas ocasiones, las entradas se ilustran con refranes, dichos y coplillas que, con humor e ironia, hacen referencia al lugar o los lugareños. La obra se complementa con tres apendices: * Una relacion de toponimos, localizaciones, gentilicios y apodos no incluidos en el cuerpo del diccionario. * Una seleccion bibliografica imprescindible. * Un indice inverso de gentilicios con referencia al toponimo al que se encuentra asociado

Este libro te explicará las costumbres, manías y rarezas con su explicación, historia y origen. Está claro que el ser humano es un animal de costumbres. Pero sobre todo un animal de costumbres absurdas, manías inexplicables y creencias inútiles. Casi nunca nos preguntamos el por qué de esas costumbres adquiridas o aprendidas, pero no son tan inútiles porque nos sirven para complicarnos un poco más la vida. En Creencias populares el lector tendrá ocasión de descubrir página a página un mundo de insospechadas explicaciones para no menos insospechadas creencias y rarezas.

El elogio, como se deduce de su etimología, lleva implícito la connotación de alabanza. El elogio se resuelve en una sentencia o dicho corto, en latín elogium, Recuerda que pasarnos de la raya en el elogio es bordear el terreno de la hipocresía y la adulación.

Hay que acercarse a las anécdotas teniendo siempre in mente un hecho: son retazos de la historia, y aunque aparentemente triviales en algunos casos, siempre reflejan la verdad del pasado a pesar de su brevedad, ya que en ellas quedan atrapados el carácter, la naturaleza e índole de las personas.

El Manual de insultos para políticos es uan guía para que el lector acomode el calificativo que más se ajuste a la personalidad o carácter del político que le haya tocado por desgracia, y escoja entre los cientos de voces propuestas aquel insulto que mejor le cuadre, o mas justicia le haga, toda vez que el insulto, como el traje, deber ser cortado y confeccionado a la medida del destinatario.