El matarife es quizás una de las novelas más profunda y genuinamente hispanas que se hayan publicado en esta colección, aunque probablemente sus referencias literarias inmediatas remitan a autores tan universales como Georges Bataille o Witold Gombrowicz, por ejemplo. Arranca, de hecho, de fantasias muy arraigadas en el alma de una España remota, casi mitica, estigmatizada por una especial vivencia del sexo, de la sangre y de la muerte. Cuando mate mi primera ternera, no tenia mas que diecinueve años. Lo hice porque, desde mi nacimiento, estaba destinado a ser matarife, como entonces lo era mi padre y como antes lo habian sido mi abuelo y mi bisabuelo. Hijo enclenque de un padre inmenso, terrible, tuvo que someterse al ritual sangriento del relevola alternativa, dirian los tauromacosen el oficio familiar. Pero, contrariamente al padre, el hijo no tarda en convertir el acto brutal y mecanico de dar muerte en una grandiosa ceremonia orgasmica, en la que sangre y gozo se funden en un extasis sin limites. A partir de este estallido iniciatico, el lector se sentira, el tambien, capaz de cualquier exceso, hasta el de desear y amar a cada una de las dulces terneras que, poco despues, junto al protagonista, rematara violentamente en pleno paroxismo de los sentidos. No obstante, una mañana, viene a ensombrecer este Paraiso el primer indicio de compasion, de culpa. Y, cuando por fin parece haber vencido esta insostenible debilidad, vuelve, irrefrenable, a sus delirantes orgias hasta que, en una tarde lluviosa, encuentra a una extraña joven que le cautiva. . .
Ver más