De la advertencia Después de habernos ocupado durante treinta y siete años de restaurar los singulares arabescos de la Alhambra, de revelar inscripciones perdidas, y de restablecer el monumento que se hallaba casi hundido, al estado característico de su notable antigüedad, pensamos reasumir en un pequeño libro el fruto de nuestras investigaciones y descubrimientos, bajo forma más artística que la usada por los que nos precedieron en descripciones de índole semejante. [...] Nuestro principal intento fue siempre hacer la comparación de las obras árabes, relativas al más importante período de la dominación agarena en esta parte de la Península y dejar el estudio de las obras cristianas y paganas, quizá menos interesante entre nosotros, para ocasión más competente. De la introducción Nada más admirable que el reinado de Abderrahman II: la más adelantada civilización moderna en el terreno del progreso material, de las obras públicas, de la paz, de la protección, puede muy bien comparársele; en 844 mandó aquel sabio emir que en sus dominios no hubiese hombre que por falta de ocupación quedase sin recursos. Una cuarta parte de las rentas públicas se dedicó á dar trabajo á los obreros, y los alarifes se ocuparon todos en proyectar y edificar cuanto pudiera ejecutarse por lujo ó por necesidad. No de otro modo se concibe que el país entero, después de mil años, esté sembrado materialmente de cimientos, bóvedas y torreones.
Después de haberse dedicado durante veintisiete años a restaurar los singulares arabescos de la Alhambra, a revelar las inscripciones perdidas y a restablecer el monumento, en aquella época casi hundido, al estado caracteristico de su notable antiguedad, Rafael Contreras plasma en esta obra literaria un resumen de sus investigaciones y descubrimientos. El autor se remonta al siglo VIII y posteriores, cuando los reinos de taifas se aposentaron sobre territorio español fijando reglamentos para calles y plazas, estableciendo fuentes y baños publicos para los pobres, restaurando puentes y abriendo vias de comunicacion. Desde el año 786, los arabes construyeron tantos castillos, baños, oratorios, escuelas y hospitales que nunca antes se habia visto tan gran desarrollo en ningun pais del mundo ni en menos tiempo. Si bien podemos encontrar grandes monumentos arabes por gran parte del territorio español, Rafael Contreras centra su estudio, por su mas amplio conocimiento, en tres capitales andaluzas: Cordoba, Sevilla y Granada.