El 21 de agosto de 1910, José María Grimaldos, el Cepa, un pastor de Tresjuncos (Cuenca), desapareció. Tras la denuncia de su familia, se detuvo a León Sánchez y Gregorio Valero, vecinos de Osa de la Vega, un pueblo cercano, que trabajaban con el en la misma finca. Aunque el primer juez que instruyo la causa la sobreseyo por falta de pruebas en 1911, dos años despues otro juez reabrio el caso. En ese momento comenzo un infierno para Leon Sanchez y Gregorio Valero, quienes, debido a las torturas que sufrieron, terminaron declarando que habian asesinado a Grimaldos. A pesar de que no se encontro el cadaver, en 1918 fueron condenados a dieciocho años por asesinato, aunque en 1925 salieron en libertad provisional gracias a un indulto. A principios de 1926, Grimaldos, que durante esos años habia vivido en Mira, un pueblo de la provincia de Cuenca, se presento en Tresjuncos para estupor de sus vecinos. Su reaparicion motivo que el Tribunal Supremo revisara la causa. Tras la identificacion de Grimaldos, el Alto Tribunal decreto la nulidad de la sentencia condenatoria. El flagrante error judicial suscito el interes de los periodicos que se oponian a la dictadura de Primo de Rivera. Ramon J. Sender, que en marzo de 1926 visito varios pueblos de la provincia de Cuenca para entrevistar a los protagonistas, publico una serie de articulos en el periodico El Sol. Varios años despues, Sender se inspiro en este caso, conocido como el crimen de Cuenca, para escribir "El lugar del hombre", novela que aparecio en 1939 en Mexico. En 1958 publico una nueva version, con numerosas modificaciones, titulada El lugar de un hombre, version que ha servido de base para la presente edicion, en la que tambien se recogen los articulos que escribio Sender en El Sol y La Libertad sobre el caso.
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