“En los dos conjuntos de microcuentos, el autor nos presenta unmundo de numerosas y sugestivas facetas, desde la onírica a lafantástica, con sorprendentes vueltas de tuerca de la lógica formal,propue
Los tortuosos rodeos que hace el deseo sexual para satisfacerse, así como los atajos que suele tomar, y las ambiguedades propias de la lengua, conforman las historias que, entre la narración y el microensayo, conforman este libro que se nos revela absolutamente fascinante y singular.
Amor I: A ella le gusta el amor. A mí no. A mí me gusta ella, incluido, claro está, su gusto por el amor. Yo no le doy amor. Le doy pasión envuelta en palabras, muchas palabras. Ella se engaña, cree que es amor y le gusta; ama al impostor que hay en mí. Yo no la amo y no me engaño con apariencias, no la amo a ella. Lo nuestro es algo muy corriente, dos que perseveran juntos por obra de un sentimiento equívoco y de otro equivocado. Somos felices. Amor II: Pretende que yo estoy enamorada del amor y que a él sólo le interesa el sexo. dejo que lo crea. Cuando su cuerpo me estremece, lo atribuye a sus muchas palabras. Cuando mi cuerpo lo estremece, lo atribuye a su propio ardor. Pero me ama. Y no lo saco de su engaño porque lo amo. Sé muy bien que seremos felices lo que dure su fe en que nos amamos.
El mejor cuento argentino actual . No en vano, los cuentos de este libro recibieron, en conjunto o por separado, los tres premios más importantes que su país reserva al género: el del Fondo Nacional de las Artes, el Municipal y el de la Fundacion Fortabat. De Brasca se ha escrito: "¿no habra forma de impedir que otros escriban las obras que [a uno] le habria gustado escribir pero que no escribio?", M. Denevi; "no hay aca trivialidad ni vacilaciones verbales; no hay disonancias: todo parece estar en equilibrio", L. Heker; "Brasca es un cuentista con toda la barba", revista El Cuento; "Raul Brasca ha sorteado con destreza la aparente contradiccion del rigor formal con la prueba de la imaginacion...", J. Felippa.
De mil amores ha sido pensada para albergar a todos. Pero como no se puede agotar lo que permanentemente se crea y se recrea, se abren, entre un texto y otro, en los intersticios entre erotismos próximos o distantes, espacios imaginarios que el lector llenara con las fantasias mas intimas de sus horas de insomnio. Se incorporara asi este libro creciente: al inagotable compendio del amor humano.