La sociología nació con el impulso de pensar un tiempo de cambios profundos, en el que las sociedades del Antiguo Régimen se resquebrajaban rápidamente para dar paso al naciente capitalismo industrial. En esos años que transformaron el mundo occidental como se lo conocia, Karl Marx, Emile Durkheim y Max Weber se propusieron intervenir con sus explicaciones sociologicas para iluminar y resolver los conflictos que veian en sus sociedades y, al hacerlo, tuvieron una virtud que alcanza a pocos: inauguraron una manera cientifica de entender el mundo social.Este libro, tan util como fascinante, viene a demostrar que, lejos de fosilizarse en los libros o volverse poco aplicables, los conceptos y herramientas metodologicas de los tres "padres fundadores" han logrado atravesar perfectamente vivos los siglos y las geografias y se vuelven mas y mas actuales en el siglo XXI. En estas paginas, que organizan y sintetizan el pensamiento de estos autores, Ricardo Sidicaro despliega toda su experiencia pedagogica de largos años en las aulas universitarias para proponer, ademas, una renovacion del modo de enseñar estos clasicos ineludibles, que muchas veces solo se exige memorizar.Enlazando conceptos centrales con fragmentos de textos originales, este libro muestra, por ejemplo, la proyeccion que dio Marx a los estudios sobre luchas de clases y dominacion politica; el modo en que Durkheim anticipo las crisis de las sociedades futuras al analizar la escasa o nula reglamentacion de la division social del trabajo, y el interes con el que Weber se dedico a analizar las dificultades de su pais para consolidarse economicamente y afianzar su integracion social. Todos, en su tiempo, combinaron el pensamiento con la propuesta politica, la reflexion teorica con la practica de la investigacion.Especialmente util para estudiantes de ciencias sociales, pero apto tambien para quienes intentan un primer acercamiento a estos autores, este libro revela nuevos aspectos de ideas que muchos creen conocidas y, sobre todo, devuelve carnadura a tres pensadores totales que nos siguen enseñando a mirar.
Ricardo Sidicaro analiza los tres gobiernos peronistas (1946-55/1973-76/1989-99) para explicar las profundas transformaciones de sus proyectos políticos, económicos y sociales. Centra su atención en las relaciones que dichos gobiernos establecieron con los principales actores socioeconómicos nacionales y extranjeros, considera las situaciones en que se encontraba el Estado en cada uno de esos períodos y el lugar ocupado por los sectores populares y los sindicatos que apoyaban u obstruían las orientaciones adoptadas por las autoridades nacionales. La conexión entre los cambios de la sociedad y del Estado permiten recortar el espacio de existencia y de evolución de una fuerza política que fue, a la vez, el efecto y el protagonista de sistemas de conflictos que superaban sus iniciativas. Los tres peronismos propone una perspectiva comparada que permite destacar aspectos y factores que tienden a quedar relegados en los estudios dedicados a un solo caso y, a la vez, abre nuevas preguntas sobre los sentidos de la acción de los actores, acordando mayor sistematicidad al conocimiento de las condiciones de producción de sus prácticas y de sus discursos. Según el autor, en la medida que el peronismo se ha convertido en una fuerza electoral tradicional y ha perdido buena parte de sus anteriores peculiaridades, se ve facilitada la labor de investigación de las trayectorias de sus gobiernos y, más en general, de sus características. Los cambios de los años 90 condujeron a la desarticulación del imaginario social que sustentaba al movimiento creado por Perón, en tanto que con la extranjerización del poder económico y el retroceso del viejo sindicalismo, se desmembró el campo de relaciones que le posibilitó desempeñarse como el actor político más importante de la segunda mitad del siglo XX.
FONDO DE CULTURA ECONOMICA DE ESPAÑA, S.L. 9789505572236
Pocos protagonistas de la historia argentina han despertado pasiones tan contrarias como Juan Domingo Perón. Desde “el primer trabajador” al “tirano prófugo”, Perón supo concitar admiración y afectos