La finalidad de la educación del consumidor no es convertir a los estudiantes en hábiles compradores, sino conseguir ciudadanos coherentes que reflexionan sobre las decisiones que toman y sobre las consecuencias de sus actos de consumo en ellos mismos, en otras personas y en su entorno social y natural. Preparar a los alumnos para no ser esclavos de nada constituye un reto necesario y complejo que debe abordarse desde todos los ambitos porque el consumismo impone un gran estres en las relaciones y entienden la libertad como experimentar de todo o tener de todo. Los jovenes de hoy constituyen, quizas, el sector de la poblacion mas vulnerable ante la sociedad de mercado. Esta obra examina el papel que debe asumir la escuela para actuar en este nuevo escenario de caracter planetario. Para ello, se muestra la necesidad de ampliar el concepto de educacion para la responsabilidad desde multiples enfoques: social, economico, ecologico, etico, cultural y emocional.