Sevilla, 1350. König Don Pedro I. war nicht nur ein begeisterter Bauherr, er verhalf auch Handwerkern und Kaufleuten zu besseren Gesetzen und schützte die muslimischen und jüdischen Minderheiten in seinem Land. Zugleich aber war er der Schrecken seiner Zeit. Er führte unablässig blutige Kriege und ließ seine politischen Gegner rücksichtslos vernichten. Der Volksmund nannte ihn El Cruel - den Grausamen. Nur einer stand ihm nahe, sein Kammerherr und Bruder im Geiste, Don Juan. Von Jugend an ein Zweifler und Spötter, ist er zeitlebens auf der Suche nach der großen Liebe und schreckt, um seine Ziele zu erreichen, auch vor Mord nicht zurück. Am Ende aber scheitert er an Frauen wie Doña Catalina, die ihn auf diabolische Weise bestraft. Und an der stolzen Diana de Ulloa, die ihn stets abweist und schließlich seinen Untergang herbeiführt.
A través de las vidas de diversos personajes accedemos al espíritu de una época clave en la historia de España y al tránsito entre un mundo que desaparece y las nuevas inquietudes de todo orden que s
La historia del cruel y ambicioso Calígula se entrelaza en esta apasionante novela con las peripecias de Cornelio Sabino, un joven de buena familia que junto con su amigo el centurión Querea participara en la conspiracion contra el emperador.
Don Juan es tal vez el mito literario español por antonomasia, el más conocido allende nuestras fronteras y el que más tinta ha hecho correr. Siegfried Obermeier se acerca al personaje enmarcándolo en su tiempo, relacionándolo con el ambiente cultural y político en que se desarrolló su vida, y en este sentido lo vemos debatirse entre dos polos: la relación personal con el que llegaría a ser el rey Pedro el Cruel, y la lectura del Libro del Buen Amor, del que hace una muy peculiar lectura. El Don Juan de Obermeier es un hombre enfrentado a convenciones religiosas y al ambiente opresivo en el que le tocó vivir, y por tanto, en buena medida, un personaje que se adelantó a su tiempo y que resulta plenamente moderno. Todo el mundo conoce el mito de Don Juan, pero más difícil resulta situarlo en su época. Ahí radica uno de los valores más evidentes de la interpretación que hace del personaje el autor, pues en buena medida lo hace comprensible, a partir de la situación política y artística de su tiempo.