Una vida profesional dedicada casi en su totalidad a la docencia, compaginada con trabajos como traductora, resumen el amplio currículo de Sonia Gonzálvez. Entusiasta seguidora de la buena música y el deporte, catorce años dedicados al mundo de la educación sintetizan la vida laboral de esta polifacética alicantina que compagina su trabajo como profesora de lenguas extranjeras con una de sus grandes pasiones: la literatura –independientemente de la lengua en la que esté escrita:
“El complicado mundo de la educación me ha dado tanto como yo le he dado a él. Un maestro –por poco valorada que esta figura esté hoy en día– es algo más que alguien que enseña determinados conocimientos, es alguien que educa y como míos he considerado a todos los que han pasado por mis clases todos estos años. He procurado darles lo mejor de mí misma y, pese a los días en los que una vuelve a casa pensando que está trabajando con un montón de desagradecidos incapaces de apreciar su esfuerzo y su entrega, continuo haciendo mi trabajo con la misma ilusión y devoción del primer día, porque merece la pena, porque la satisfacción gana a la desilusión de días contados y los hechos me demuestran que merece la pena, que sigue mereciendo la pena después de tantos años. No hay nada más gratificante que ayudar a otro ser humano a formarse, a sacar lo mejor de sí mismo, a crecer. Los niños lo saben, esas cosas se notan, y por eso me encanta mi trabajo. No soy la única que piensa así, otra de las ventajas de mi ambiente laboral es que conoces a personas con tus m
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"Perfecto no es una novela autobiográfica. Sonia Gonzálvez no escribe su autobiografía, ni en ésta ni en sus novelas anteriores, pero proyecta en su obra todas sus ideas y sus reflexiones más personales acerca de la vida, de las relaciones humanas, de la dignidad, de la familia, del amor y de la muerte. De nuevo la autora evidencia un profundo conocimiento del alma humana en general tanto de las pasiones mas sublimes como de las mas rastreras y del alma femenina en particular. La necesidad y la casualidad introducen a Victoria -Barbie para los clientes de ese ambiente oscuro en que se mueve en un ostentoso mundo de materialismo y superficialidad. El mundo sordido, pese a las brillantes apariencias, de la prostitucion de lujo. Eso le hace aprender perfectamente la diferencia entre el precio y valor de las cosas, hasta que llega un momento en su vida en el que opta por conservar aquellas que importan. Esta novela es una cronica de la lucha de la protagonista por tener una vida que merezca la pena ser vivida. Una novela al mas puro estilo del existencialismo moderno. Una gran novela sin ningun genero de dudas.
Perfecto no es una novela autobiográfica. Sonia Gonzálvez no escribe su autobiografía, ni en ésta ni en sus novelas anteriores, pero proyecta en su obra todas sus ideas y sus reflexiones más personales acerca de la vida, de las relaciones humanas, de la dignidad, de la familia, del amor y de la muerte. De nuevo la autora evidencia un profundo conocimiento del alma humana en general -tanto de las pasiones más sublimes como de las más rastreras- y del alma femenina en particular. La necesidad y la casualidad introducen a Victoria --Barbie para los clientes de ese ambiente oscuro en que se mueve- en un ostentoso mundo de materialismo y superficialidad. El mundo sórdido, pese a las brillantes apariencias, de la prostitución de lujo. Eso le hace aprender perfectamente la diferencia entre el precio y valor de las cosas, hasta que llega un momento en su vida en el que opta por conservar aquéllas que importan. Esta novela es una crónica de la lucha de la protagonista por tener una vida que merezca la pena ser vivida. Una novela al más puro estilo del existencialismo moderno. Una gran novela sin ningún género de dudas.
Cuando Náyade y Tayron se encuentran tras varios años, ninguno ve en el otro al hermano que dejó y lo que desde luego lo que ninguno podía llegar a intuir es que fuese a cambiar la vida del otro. No piensan en las consecuencias de sus actos, en los problemas que sus decisiones podían traerles, en que una mala elección puede destrozar toda una vida en un minuto. La línea entre lo que está bien y lo que está mal, es un hilo delgado apenas imperceptible en nuestra sociedad, en una cultura que reconoce y premia el éxito a cualquier precio, que mide la categoría de las personas por la cantidad de bienes económicos que posean, en una sociedad excesivamente permisiva que no suele preocuparse por enseñar a sus jóvenes los valores que realmente son importantes. Se tiende a no valorar el tiempo porque se supone, ilusamente, que nunca se terminará y, la mayoría de veces, uno se da cuenta del regalo que es la vida cuando ya se ha escapado lo mejor que podía ofrecernos. La novela de Sonia Gonzálvez tiene un estilo sencillo y cándido, es de lectura fácil y rápida con numerosos diálogos. Plantea uno de los problemas de la sociedad actual: la importancia concedida a los aspectos externos del ser humano, y refleja lo que realmente es importante en su visión de la vida. José Miguel Santacreu
El primer amor de Ángel hace florecer en ella los sentimientos típicos de una adolescente enamorada y se entrega a la pasión abriendo su corazón al igual que las rosas se abren en primavera, pero las espinas le hacen darse cuenta de la realidad cuando, tras soportar los abusos psíquicos y físicos del que creía su gran amor, decide morir en vida y contemplar el exterior desde su aislamiento. Así la encuentra Morgan en el centro psiquiátrico que la contrata. Con su ayuda y la de su mejor amigo, Kennet, Ángel comienza a tener la luz suficiente para caminar hacia la salida del túnel que la separa de una vida normal. El motivo por el que un ser humano se deja maltratar y humillar por otro no es sencillo de explicar ni de entender, como tampoco lo es la indiferencia de los demás ante ciertos hechos violentos. Se contempla la desgracia ajena desde la más absoluta normalidad, justificando lo injustificable y haciendo sentirse a la víctima como debería sentirse el culpable. El respeto por la vida, por el que es distinto, por el que es inferior o por el que está sufriendo debería ser materia obligatoria en todas las escuelas. Ésa es la clave, respeto y comprensión. Sonia Gonzálvez