Muchos de los platos que hoy son habituales en nuestra alimentación diaria surgieron hace siglos en el interior de los conventos y monasterios españoles, fruto de las manos expertas y de la sabiduría gastronomica de sus monjas y frailes. En el recogimiento y el sosiego de estas comunidades religiosas, el trabajo tenaz de sus miembros, aplicado sobre tierra fertil y cuidada, proporciona los mejores ingredientes y productos, cuyo aprovechamiento favorecio, y sigue favoreciendo, el desarrollo de una sabrosa y variada cocina que, con el tiempo, se ha enriquecido hasta merecer, en muchos casos, el calificativo de manjar. La cocina de los conventos, escrito por Victor Alperi, contiene una amplia muestra de mas de 200 recetas de origen monastico, sencillas y austeras como corresponde a la vida conventual. En este libro el lector encontrara un repertorio de formulas para preparar sopas y potajes, platos del huerto, de la mar o del rio, del establo, del corral o de la caza, deliciosos dulces y licores, etc. Todas ellas se exponen con la mayor claridad y concision, ademas de explicar, cuando corresponde, su origen e historia.
La cocina siempre ha ocupado un lugar preferente en los grandes monasterios o en recoletos conventos. Las reglas monásticas no se olvidan de los alimentos, y de la mano de monjas y monjes, dedicados a la oracion principalmente, y a pequeños trabajos para sostener a las comunidades, fueron saliendo curiosas recetas de gastronomia, libros fundamentales para la cultura culinaria y piezas de dulcerias para alegrar los paladares en dias de fiesta. Se comenzaron a bautizar -y nunca mejor empleada esta palabra- con nombres religiosos las piezas que enriquecian el acervo de la dulceria: yemas de santa Teresa, huesos de santo, pastel de santa Agueda, yemas de san Leandro. Bollo de Pascua, suspiros de monja, coquitos del monasterio, almendrados de Allariz o de santa Clara, lazos de san Guillermo... y una larga lista, casi infinita, de una ciencia casi religiosa, entre humana y divina. En La reposteria de los monasterios, Victor Alperi, gastronomo consagrado, compila muchas de estas recetas, celosamente guardadas de generacion en generacion, como las yemas de san Leandro, de Sevilla, que, segun las monjas resultan en la actualidad un secreto, fueron pasando, despues de curiosas aventuras, al pueblo y a diversos libros, como el actual.