Libros de Fotografía paisajista, página 9 de 38

Antologia poetica

És kitsch. Barcelona? Pregunta agosarada a la qual molts artistes, intel·lectuals i professionals diversos s'han atrevit a contestar en aquest llibre. Ens trobem davant el descobriment de tot el que te la ciutat de fetitxista, decorativa, ensucrada o banal. Sens dubte, una mirada nova i molt original de Barcelona, que la doctora en Historia de l'Art Anna Pujadas s'ha encarregat de recopilar en aquest llibre, que no deixara indiferent a ningu i que generara un debat interessant.

Narrativa

Los drones han supuesto una completa revolución, sin embargo, existe una enorme confusión sobre lo que son y lo que pueden hacer.Este libro le ofrece la completa guía de Eric Cheng para aprender a manejar un dron y aprovechar las ilimitadas oportunidades que estas maquinas voladoras, agiles, asequibles y accesibles han creado para la fotografia y la filmacion aerea.Una obra diseñada para ayudarle a sacar partido a las posibilidades que ofrecen para la fotografia aerea: * Como convertirse en un operador de drones cualificado.* Tecnicas y consejos para obtener los mejores videos y fotografias aereas.* El estado actual del equipamiento de camaras para drones.* Anecdotas y opiniones de fotografos aereos de todo el mundo.* La regulacion actual del uso de drones y su devenir.Los drones han supuesto una completa revolución, sin embargo, existe una enorme confusión sobre lo que son y lo que pueden hacer.Este libro le ofrece la completa guía de Eric Cheng para aprender a manejar un dron y aprovechar las ilimitadas oportunidades que estas maquinas voladoras, agiles, asequibles y accesibles han creado para la fotografia y la filmacion aerea.Una obra diseñada para ayudarle a sacar partido a las posibilidades que ofrecen para la fotografia aerea: * Como convertirse en un operador de drones cualificado.* Tecnicas y consejos para obtener los mejores videos y fotografias aereas.* El estado actual del equipamiento de camaras para drones.* Anecdotas y opiniones de fotografos aereos de todo el mundo.* La regulacion actual del uso de drones y su devenir.

Nueva York en fotolibros muestra y estudia una selección de libros de imágenes que tratan de la capital del siglo XX y la ciudad más fotogénica y fotografiada de la historia. Entre los libros seleccionados se despliega ante nosotros la ciudad de los rascacielos desde su construccion en los años treinta a la destruccion del World Trade Center en 2001, pero tambien la vida urbana de los neoyorquinos, registrada con un modelo de fotografia de calle. Buena parte de los libros son obra de viajeros europeos y japoneses que han encontrado multiples perspectivas (humanas, culturales, sociales, economicas) en la ciudad iconica de Nueva York.Entre los fotografos presentes, se encuentran Berenice Abbott, Nobuyoshi Araki, Cecil Beaton, Mario Bucovich, Roy DeCarava, Bruce Davidson, Raymond Depardon, Juan Fresan, Bruce Gilden, Gyorgy Lorinczy, Lewis Hine, Evelyn Hofer, Karol Kallay, Andre Kertesz, William Klein, Helen Levitt, Danny Lyon, Daido Moriyama, Ugo Mulas, Robert Rauschenberg, Kees Scherer, Aaron Siskind, Wegee, Kojima Yasutaka, Ruiko Yoshida, entre otros.

Mountains, one of nature's greatest masterpieces, in their rugged beauty, breathtaking views from the top, clear air, green pastures, mountain lakes and glaciers, have captivated mankind all along. Climbing mountains or just gazing at their majestic splendor causes us to slow down and contemplate, maybe even giving us a little serenity. Photographer Tim Hall beautifully captures the powerful solace of mountains in his images. He often chooses to shoot in dramatic weather, making his work and the photographed mountains look even more stunning and transcendent. The intention to strike an emotional or spiritual chord is evident in much of his landscape work, which is inspired by Rothko and Turner. The influence of painting in his work stems from his studies of art history at Manchester University. "Mountains - Beyond the Clouds" presents the extensive Alpine mountain range, including famous landmarks such as the Mont Blanc, the Matterhorn, and the Dolomites.

Los asombrosos testimonios gráficos recogidos en Visiones del paraíso acercan a nuestras almas facetas y sensaciones desconocidas de cuanto hay de divino en el mundo. Complementadas por artículos de destacados escritores y por los recuerdos de los propios fotografos, cada imagen es un irresistible reflejo del cielo en la Tierra, y tambien un llamamiento casi desesperado a todos nosotros para que salvemos el planeta.El Paraiso es una sensacion, y puede encontrarse... y perderse. Nick Nichols revive la desazon sentida en el parque nacional de Virunga, en Africa, donde la guerra y el dolor han penetrado en la selva. William Albert Allard aporta un paisaje de Montana alterado por el hombre, pero lo suficientemente bueno como para estremecerse al pensar en lo maravilloso que tuvo que haber sido.Visiones del paraiso invita a mirar, pero tambien a movilizarse: toda la belleza que percibimos y todos los esfuerzos que destinamos a proteger el medio ambiente son un paso mas hacia el descubrimiento y la conservacion de todos los espacios que hacen de la Tierra un paraiso.Incluye 155 esplendidas imagenes compilada por fotografos y redactores de National Geographic, en la que comparten su percepcion personal del paraiso en la Tierra.

Andalucía es un mundo de contrastes. La playa, las palmeras y el mar se encuentran a sólo una hora escasa en automóvil de las nieves eternas de la Sierra Nevada. Los linces y los buitres se cruzan en solitarios senderos de montaña que discurren junto a los complejos hoteleros que albergan el turismo de masas. Antiquísimos bosques de nudosos alcornocales forman un pintoresco contraste con el brillante color amarillo de los vecinos campos de girasoles. Aquí se pueden encontrar desiertos que hacen vibrar de calor el aire no lejos de pistas de esquí de nieve en polvo. Todas estas cosas son tan típicas de Andalucía como el Atlántico, el Mediterráneo o su incomparable herencia árabe: La Alhambra, el orgulloso palacio-fortaleza de Granada y la gran Mezquita de Córdoba. En esta región se puede encontrar una riqueza impresionante separada tan sólo por unos pasos de una profunda pobreza. Andalucía, la región más meridional de España se extiende de Huelva en el oeste a Almería en el este y de Gibraltar en el sur a Pozoblanco en el norte.

La Ciudad de los Reyes. La metrópoli de los beréberes. La Perla del Sur. La París del Sahara. La ciudad roja. El paradigma de las ciudades orientales. Marrakech posee muchos atributos y todos ellos la reflejan de algún modo. Entre ellos están sus muros de arcilla roja y sus palmeras meciéndose al viento frente al brillo azul de la pared rocosa que, al fondo, anuncia la poderosa presencia de la cordillera del Gran Atlas con sus cimas cubiertas de nieve. Todo esto es Marrakech: el punto de encuentro en el que confluyen y se mezclan la soledad de las sierras y desiertos con el ajetreo de la gran ciudad. Aquí la vida muestra siempre su cara más pletórica, colorida e intensa. Y ocupando el centro de atención de este panorama se encuentra el escenario al aire libre más grande de África, la palestra del Magreb: el Djemaa el-Fna, la plaza de los ahorcados, de los decapitados, el punto de reunión de los muertos. A este emplazamiento se le han aplicado muchos nombres. Lo que es seguro es que aquí cumplían su triste cometido los verdugos. Se acostumbraba a clavar las cabezas de los ajusticiados en estacas para presentárselas al público sediento de emociones a modo de sangriento ejemplo. Ya hace mucho que no se exponen cabezas cortadas en este antiguo patíbulo de 5 hectáreas de superficie, pero el espectáculo sigue las 24 horas del día: prestidigitadores, tragafuegos, encantadores de serpientes, arrancadientes, mercaderes, domadores de monos, curanderos, adivinos, juglares y escribanos. Un abigarrado conjunto que se transforma en una auténtica experiencia visual y sensorial. Los sesos asados de oveja exhalan aromáticas humaredas y en el ambiente flota una mezcla de olores a sopa de garbanzos, a jengibre, a menta y a zumo de naranja recién exprimido. El monótono canturreo del aguador cubierto de campanillas. La misteriosa voz del contador de cuentos. Los gritos de los niños que han perdido momentáneamente de vista a sus madres. Los saltos de los acróbatas. Las discusiones entre las clientas y los desvergonzados mercaderes. Aquí se prepara un infalible remedio en polvo contra la infidelidad conyugal, allá otro contra la caída del cabel

"Bahr bela ma" -Mar sin agua- así llaman al Sahara los guías de las caravanas. Y efectivamente este desierto tiene una amplitud que recuerda al océano, aparentemente ilimitada. Y mares de dunas de arena entre los cuáles los oasis parecen islas. Un país sin sombra. El desierto de los desiertos. El Sahara abarca más de 6 000 kilómetros desde el Atlántico en el oeste al Mar Rojo en el este. Con sus 2 000 kilómetros desde el Mar Mediterráneo hasta su extremo sur, el Sahara constituye una casi infranqueable barrera entre Europa y el África negra. Con sus nueve millones de kilómetros cuadrados es más grande que América. Tan grande como un continente. Sahara. El desierto-continente. El viento no ceja jamás de arremolinar sobre las altas dunas los granos de sus rojas, amarillas y ocres arenas. Esa es aproximadamente la clásica imagen ideal que tenemos del grandioso panorama del desierto. La verdad es que sólo un veinte por ciento de la superficie del Sahara está cubierta de arena. Entre los mares de sílice hay mesetas pedregosas, sierras graníticas de fantásticas formas, planicies que se extienden hasta el horizonte, cadenas montañosas volcánicas de 3 000 metros de altura, intransitables cuencas rellenas de polvo, desiertos de grava y oasis cubiertos de palmeras que simbolizan la vida. "Este desierto vive, os lo aseguro. Ese vacío, ese silencio (...) albergan más movimiento que todo el ajetreo de un mercado". Así describía sus impresiones sobre el desierto el piloto y escritor Antoine de Saint-Exupéry

Several journeys have led Hans Gasser to the remote country in the south of the Arabian Peninsula. His perfectly composed panorama colour photographs not only depict the impressive cultured landscapes of this agricultural nation and show striking testimonies to the long tradition of the Yemenite art of building. The gaze of Gasser's camera also time and again rests on the faces of the people