Paco Arango, director de cine y presidente de Fundación Aladina, presenta unas memorias muy personales en las que relata su historia de fe y esperanza Durante más de veinticinco años, Paco Arango ha acompañado a niños y adolescentes con cancer, compartiendo risas, confidencias y tambien el instante mas duro, cuando alguno de esos pequeños guerreros llegaba al final de su camino. De esas vivencias nacio la Fundacion Aladina, hoy una de las mas importantes de España y reconocida internacionalmente, con mejoras hospitalarias pioneras y un apoyo integral a miles de familias. Cineasta internacional que dona todo lo que gana a esta causa, Paco ha sido testigo de milagros sorprendentes dentro y fuera del hospital y guarda relatos que parecen imposibles. Dudo durante años en contarlos, temiendo no ser creido, hasta que comprendio que no eran solo para el: son señales al alcance de quien se atreva a abrir la puerta de la fe. Si no crees en Dios, te doy su telefono reune esas historias reales y conmovedoras para mostrar que el cielo responde cuando lo llamamos. Un testimonio unico que supera cualquier ficcion y nos invita a creer que cualquiera puede tener una relacion personal e intima con Dios el Mister, como Paco lo llama y a descubrir la magia inesperada que ocurre cuando te atreves a marcar su numero.
Una obra luminosa y transformadora que enseña a redescubrir la capacidad de maravillarse y a vivir cada instante con ligereza, integridad y plenitud.A todos nos sucede, tarde o temprano. En algún momento de nuestra vida ocurre algo y empezamos a sufrir. Todas las certezas se desmoronan y lo que antes tenia sentido, de repente ya no lo tiene.aSegun la milenaria tradicion oriental, cada ser humano nace como un cuenco integro, perfectamente capaz de contener en su interior belleza y felicidad. Con el tiempo, sin embargo, los acontecimientos hacen que en ese cuenco se formen grietas mas o menos profundas. Asi, la belleza y la maravilla que la vida nos ofrece se dispersan, y nos sentimos incompletos, imperfectos, insatisfechos, como si la felicidad se nos escurriera entre las manos y ya no pudieramos alcanzarla. La buena noticia es que existe un camino que nos permite devolver al cuenco su integridad, haciendonos de nuevo capaces de retener la belleza y la alegria: el sendero de los Patra. Un camino sencillo y delicado, hecho de presencia, cuidado y amabilidad. Un viaje de descubrimiento para despertar el poder extraordinario que habita en cada uno de nosotros. El poder de crea