Profesor(x)s. Un emoji es un libro que habla de médicas, de abogados, de electricistas, de desplazados por el cambio climático, de quienes sufren alguna forma de enfermedad mental, de adolescentes. Tambien habla de los afectados por alguna minusvalia, de quienes evaden impuestos, de agentes del orden y de bomberos, de artistas, de inmigrantes, de periodistas, de kellys y riders, de los que sostienen un comercio cualquiera en el barrio y, por supuesto, habla de quienes gobiernan. Porque lo que ocurra en la actualidad con cada uno de los individuos que forman la ciudadania tiene que ver con lo que una sociedad haya encargado a la escuela. Alli es donde, ademas de una formacion practica, se transmiten los valores a esos niños y adolescentes a quienes habremos de entregarles en un momento dado nuestro mundo. De la labor de la escuela y sus profesores dependera que sea un mundo de dimensiones humanas o, como sucede ahora, al servicio de los mercados.Por supuesto, este libro tambien habla de profesores. O mejor, seran ellas y ellos los que en estas paginas hagan su propio retrato, contrariamente a lo habitual, cuando son siempre otros quienes les usurpan ese derecho -y no de manera inocente-. Este libro es, tambien, una apologia, y es un manifiesto en defensa de las y los que enseñan, quienes con su labor sostienen nuestro mundo. Habla, por tanto, de su funcion etica y social, es decir, politica. Porque de lo que se trata es de dilucidar si, en adelante, la escuela seguira siendo ese lugar al que los ciudadanos llevan a sus hijos para que desarrollen su potencial humano y sean preparados para asumir el mundo, o si, como quieren otros, sera la granja donde se prepare a la proxima generacion para ser a la vez consumidora y mercancia. Si seremos nosotros quienes decidamos el mundo por venir o si, como apunta Gunther Anders, seran otros los que diseñen ese mundo sin nosotros.
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