El escenario: un comité de dirección tumultuosoEran las diez de la mañana y el presidente de la empresa llegaba tarde, como era su costumbre. Los doce miembros del comité de dirección estaban sentados alrededor de la enorme mesa lacada de la sala de juntas: algunos hablaban entre si, otros miraban sus telefonos moviles, algunos bromeaban, en un ambiente informal. Pero habia tres personas muy concentradas y algo nerviosas por la reunion que estaba a punto de celebrarse, porque se habian producido una serie de enfrentamientos entre ellas, primero de manera indirecta y luego claramente abierta. Esta reunion podia aclarar que tipo de organizacion tendria la empresa en su expansion internacional.Por un lado, estaba el joven director de exportacion de 32 años, Xavier, que se habia incorporado a la empresa tres años y medio antes. Xavier tenia un MBA, hablaba varios idiomas, provenia del mundo de las big four y tenia una interesante carrera en el extranjero, que habia dejado por una oferta en una empresa familiar con una fuerte presencia en Italia, pero sin actividad internacional. En ese corto tiempo, habia conseguido que la empresa, que nunca habia exportado antes, estuviera presente en varios paises, con clientes importantes y fiables en mas de treinta, principalmente mediante acuerdos de distribucion, y estaba en negociaciones avanzadas para comprar una empresa distribuidora consolidada en uno de los grandes paises europeos. Pero de lo que mas orgulloso estaba era de haber creado una filial industrial, con un greenfield investment en Marruecos, desde la constitucion de la sociedad hasta la localizacion del almacen, su equipamiento, la obtencion de permisos y licencias, el traslado de maquinaria desde Italia, la contratacion del personal y el inicio de la actividad comercial. El ultimo año y medio habia sido un duro periodo de puesta en marcha en un pais tan complicado como Marruecos, con una cultura muy distinta y modos de trabajo alejados de los estandares europeos.