El período entre el asesinato de Julio César y los suicidios de Marco Antonio y Cleopatra estuvo plagado de una sucesión de guerras civiles que, mezcladas o combinadas con conflictos en otros escenarios europeos y asiaticos, se puede considerar que dieron lugar a una guerra mundial.El fin de la Republica fue, desde el punto de vista de las fuentes romanas, un largo siglo marcado por guerras civiles: Mario contra Sila, Cesar contra Pompeyo y Octaviano contra Marco Antonio. Guerras que podrian parecer solo ajustes de cuentas entre facciones romanas, interrumpidas por campañas contra barbaros o rebeldes, pero, en realidad, fueron algo mucho mas complejo.Desde Hispania hasta Mesopotamia, la perspectiva se volvio global. Porque ante esta expansion, bereberes, hispanos, galos, griegos, tracios y armenios ocuparon la primera fila de estos espectaculos tragicos de las guerras civiles romanas de las que dependia su destino, por lo que fueron mas que peones en el tablero del Imperio romano. Junto a Octaviano o Antonio, hubo otros extranjeros menos conocidos que Cleopatra implicados en el Gran Juego entre Roma, los partos y los demas pueblos vecinos: el moro Bogud, el cilicio Tarcondimoto y el armenio Atravasdes, que influyeron en la politica interna republicana.