Se hace muy aconsejable la edición de estos Artículos no sólo porque una de las más provechosas tareas que beneficia la investigación, por las facilidades que proporcionan a los historiadores, sino también por la relevancia que hombres como Donoso tienen en la historia del pensamiento, aparte -en este caso- de la que tuvo en la política de su tiempo. Si a esto se añade el conjunto de estos Artículos comprenden una época (1837-1840) mal estudiada desde el punto de vista político, y que además es la que contempla un sensible cambio en la evolución intelectual de Donoso y el comienzo de los partidos moderado y progresista, se comprenderá fácilmente la importancia de estos textos que muestran el comienzo del sistema constitucional que se desarrolló a lo largo del reinado de Isabel II.
Ficha técnica
Editorial: Eunsa. Ediciones Universidad de Navarra, S.A.
ISBN: 9788431312183
Número de páginas: 516
Encuadernación: Tapa blanda
Fecha de lanzamiento: 01/01/1993
Año de edición: 1993
Plaza de edición: Es
Especificaciones del producto
Escrito por JUAN DONOSO CORTES y FEDERICO SUAREZ
Juan Donoso Cortés (1809-1859) estudió leyes y tuvo una intensa actividad diplomática como representante del Estado español en diferentes capitales europeas. Defensor decidido en una primera etapa del liberalismo, redactó para Fernando VII en 1832 la Memoria sobre la situación de la Monarquía. Tras su elección como diputado por Cádiz en 1837, se observa un importante cambio en su pensamiento: abandono de su liberalismo y defensa de posiciones conservadoras. Nombrado por María Cristina miembro del Consejo de tutela de las infantas en 1840, escribió una Historia de la regencia de María Cristina, cuando en 1843 llega al trono Isabel II. En París vivió en el exilio político entre 1841 y 1843; a la caída de Espartero volvió a España, donde fue elegido diputado por Badajoz. Nombrado secretario particular de Isabel II, dimite cuando accede al Consejo Real. En 1848 es elegido presidente de la Sección de Ciencias Morales y Políticas del Ateneo de Madrid. Después de su nombramiento como embajador en Berlín ocupa la embajada de París en 1851, donde fallece a los cincuenta años de edad.