Todo lo vivido reposa en el rincón mas profundo de nuestro ser, aguardando el instante de aflorar y cobrar vida. Las aprensiones, los traumas y los miedos que creímos olvidar, despiertan y toman forma reclamando presencia. Se convierten, una vez mas, en los invisibles protagonistas que mueven los hilos de nuestras frágiles marionetas humanas.